Un cañón antiaéreo y un tanque… Es lo que se puede ver en el centro de la aldea de Boshulia, del municipio de Septemvri, una de las mejores regiones vinícolas de Bulgaria. Pronto los aldeanos se proponen añadir a su colección un… avión. Luben Jristoskov, que está cumpliendo un tercer mandato como alcalde, está desarrollando con éxito una campaña publicitaria para atraer la atención sobre esta aldea, medianamente grande para las escalas de Bulgaria, y de momento está teniendo éxito. No se sabe si por causa de la presencia de este armamento en el centro de Boshulia, frente al que el día 2 de junio, día de la caída en combate del héroe nacional Jristo Botev en que rendimos homenaje a los héroes que se inmolaron por la independencia de Bulgaria, forman filas los militares de la reserva del pueblo, o por algún otro motivo, pero la verdad es que a este pueblo los ladrones ni se atreven acercarse.
El tanque T72M, de 42 toneladas, es el penúltimo modelo de los tanques de fabricación rusa y aún está en el armamento de 40 países por el mundo, explica Luben Jristoskov, que antes de acceder a la alcaldía ejerció de policía. En la aldea de Boshulia el tanque tiene otra función: la de una atracción singular, de la que ninguna otra aldea búlgara puede jactarse. La máquina fue adquirida con dinero donado por empresarios locales. El tanque fue despojado de su motor, la caja de velocidades, la ametralladora, el equipamiento militar y los láseres de que estaba dotado.
“Acude mucha gente a ver nuestro tanque y hacerse fotos al pie de la máquina y del cañón. Poco a poco, la fama de nuestra aldea ha ido creciendo”, comenta sonriendo el alcalde Jristoskov. Dejando de lado la broma que acabamos de hacer, de que el tanque y el cañón adquiridos repelen a los malhechores de la aldea, hay que reconocer que los vecinos búlgaros y turcos de ésta conviven con toda tranquilidad.
“No quisiéramos jalar el diablo de la cola, pero la verdad es que en nuestra aldea se vive sin tensiones, dice Luben Jristoskov. No hay robos ni hurtos, flagelo de tantas otras. Tenemos unos 60 ó 70 vecinos gitanos con los que los búlgaros convivimos en paz. Incluso tenemos ya matrimonios mixtos. La mayoría de los romaníes jóvenes trabajan en el extranjero, otros son tractoristas o trabajan en un taller para puertas y ventanas de aluminio: todos son gente muy bien educada”.
Además del clima benéfico y del suelo propicio para el cultivo de viñedos, probablemente, la calma sea una de las causas por las que una empresa alemana ha hecho una importante inversión en tierra agrícola en Boshulia.
El alcalde aclara: “Una compañía alemana comenzó a comprar tierra para plantar viñedos. Han plantado ya unas 25 hectáreas, pero han comprado más de 40. Se proponen construir una bodega y si no lo hacen hasta otoño de este año, lo harán en primavera del entrante, a más tardar, porque las viñas ya han empezado a dar fruto. Lo positivo es que en la aldea se abren puestos de trabajo. El año pasado la compañía alemana contrató a una docena de personas como temporeros. En el futuro necesitarán más mano de obra”.
Los jóvenes de Boshulia que, lamentablemente, también aquí son menos que los mayores, se benefician de la ubicación estratégica de la aldea. Ésta dista 13 kilómetros de la cabecera de provincia Pazardzhik y 6 kilómetros del centro municipal, Septemvri. Esto permite que muchos jóvenes trabajen en las dos ciudades volviendo cada tarde a la aldea.
Hoy Boshulia tiene 810 vecinos; unos 60 años atrás eran 1550, dice Yordanka Dancheva que nos relata la interesante historia de esta aldea. Ella misma es nieta de Martín Katsarov, uno de los fundadores del movimiento independentista contra la dominación otomana, desterrado por ello a Diarbekir, donde murió.
“La aldea de Boshulia fue fundada en 1650 por varias familias venidas de diferentes puntos de Bulgaria”, explica la Señora Dancheva. Con anterioridad, en los siglos XIV y XV en este lugar existió un asentamiento con una iglesia consagrada a la Santísima Virgen que, sin embargo, fue devastado por los turcos. Lo único que quedó de él es el toponímico Bogoroditsa (Madre de Dios). Al excavar la tierra se han encontrado trozos de vasijas de barro y ladrillo, prueba de que aquí hubo un asentamiento en la Antigüedad. El nombre de la aldea es derivado del de un joven llamado Bosul, fuerte y valiente, que luchó contra los dominadores otomanos. La actual iglesia fue construida entre 1830 y 1860 por artesanos de Samokov y Trun, y fue decorada por los mejores discípulos del pintor Zahari Zograf. Sus iconos originales se conservan hasta hoy. En el patio de la iglesia fue abierta la primera escuela de la aldea en que nuestros ancestros aprendieron a leer y escribir y estudiaron catequismo”.
Hoy Boshula no tiene escuela porque fue cerrada hace 12 años. El edificio escolar fue adquirido por un ciudadano británico. Los niños, pocos por cierto, van a la escuela de la aldea vecina. Lo bueno es que la aldea sí tiene un jardín de infancia, que es una gran ventaja para los papás y las mamás de los menores.
Versión en español por Raina Petkova
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