Desde hace ya cien años estamos viendo películas y estamos acostumbrados al cine pero al principio la gente salía corriendo espantada de la sala cuando veía en la pantalla la llegada de un tren. En la actualidad, con las nuevas tecnologías pasa lo mismo, la sensación es muy fuerte, dice Zlatín Radev, uno de los más exitosos directores y productores búlgaros de cine de animación.

Los expertos en artes visuales, así como cualquiera que se haya aproximado a las imágenes y las sensaciones que crea la realidad virtual, afirman que esta es la experiencia más perfecta en el cine y la animación. La imagen puede ser generada por computadora, grabada con cámara o animada mediante nuevas técnicas de animación. Dependiendo de las aplicaciones, la animación suele ser animación por computadora o los llamados juegos de ordenador y realidad virtual cinemática.

La realidad virtual cinemática cuenta una historia –explica Zlatín Radev– . Esta puede ser interactiva o no pero el usuario se ve metido en un entorno de 360 grados, y la sensación es imposible de describir. Personalmente, me parece muy interesante, como mis primeros pasos en la animación cuando me emocionaba de que mis dibujos de repente cobraran vida. Lo mismo ocurre con la realidad virtual, estás en un mundo nuevo. Hay softwares con los que se puede pintar como con un pincel pero en el espacio y con gafas especiales. Al pintar de esta manera, el dibujante está dentro del dibujo y pinta alrededor de sí mismo. El espectador también puede entrar en el dibujo y observar.

La tecnología virtual se refleja también en la historia. No hay un primer plano, medio o general, todo es un plano gigante de 360 grados donde se ve todo, precisa el animador.

Es muy extraño contar una historia de esta manera, como también orientar la mirada del espectador adonde uno pretende porque él puede mirar adonde se le ocurra –agrega Zlatín Radev– . Nosotros realizamos alguna acción pero el espectador puede ponerse de espaldas, mirar hacia otro lado, y esto plantea miles de problemas nuevos que ni siquiera nos imaginamos. Por esto hay que atraer su mirada con sonido, luz o acción.

El audio en las películas de realidad virtual es espacial, y el sonido se proporciona de tal manera que el espectador se vuelva hacia el lugar de donde proviene, justo como en la vida real. Es muy interesante, ofrece muchas oportunidades, pero además crea un montón de problemas, tanto técnicos como puramente artísticos, dice Zlatín Radev. No obstante, es esto lo que le atrae como artista.

La primera vez que vi realidad virtual, de pronto me pregunté dónde estaban mis pies –comenta el animador– . Miré hacia abajo y ví un mundo en el que yo no estaba. Es un sensación muy extraña.

Por eso es recomendable no mover demasiado la cámara ya que el cerebro se presta al engaño con facilidad. Acepta la realidad como si estuviera allí, y pese a que el aparato vestibular en realidad no se mueve, la primera reacción es sentir náuseas.

La tecnología virtual ya está en todas partes, y desde el verano de 2018, también en los teléfonos inteligentes.

Este es un dispositivo muy bueno pero hay que saber usarlo –aclara Zlatín Radev– . Antaño, en la animación se usaban pinturas y pinceles, mientras que ahora también hay diferentes dispositivos. El cine clásico no desaparecerá nunca pero habrá, asimismo, nuevas tecnologías. Su impacto en el ser humano es mucho más fuerte.

¿Es éste el futuro del cine?

Me siento indeciso a ese respecto –confiesa el artista– . En la vida, en medio de la naturaleza no giramos la cabeza a 360 grados. Además, tanto en el cine como en la vida, estamos acostumbrados a ver primero el panorama general, luego nos acercamos y, si nos interesa el detalle, nos acercamos aún más. En el cine, si no se sigue esta dinámica de plano general, medio y primer plano, uno comienza a sentirse incómodo. La realidad virtual lo muestra todo a la vez, y apuesta porque el espectador elija, obligándolo en cierta medida a caminar y girar la cabeza. A mí, esto no me gusta. Me impresiona pero hasta un momento determinado. Esto es algo parecido a la visión periférica, pero al ser humano le bastan 180 grados y no necesariamente 360 grados cada vez. Es por eso que creo que las cosas se irán esclareciendo con el tiempo.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal