El 6 de junio de 2016 los oyentes de Radio Nacional de Bulgaria escuchaban por última vez el pronóstico del nivel del río Danubio “en centímetros” y la habitual frase en francés “sans changement” (sin cambio) sobre el cruce normal de los barcos por el tramo búlgaro de este rio europeo. Desde aquel día, la información sobre esta arteria fluvial navegable se obtiene únicamente a través de la tecnología.
El boletín hidrológico comenzó a emitirse en el año 1949 como un compromiso asumido por Bulgaria en virtud de la Convención del Danubio y se fue manteniendo en el éter durante 67 años cada día hábil tras el noticiero de las 15:30 horas. Al comienzo, los diez países ribereños del Danubio se fueron intercambiando la información sobre el nivel del río por medio de telegramas, luego hicieron uso del télex, después emplearon ordenadores, para que se llegara a los sistemas de navegación digitales.
”Nuestro cometido y desvelo era medir el caudal, porque no hay actividad humana que pueda prescindir del agua −dice Ivaylo Boychev, hidrólogo con 40 años de experiencia− . De todos mis compañeros hidrólogos, soy el único que ha observado las mayores crecidas del río, así como el congelamiento que el Danubio sufriera en dos ocasiones y el espeso hielo que se formara a la altura de la ciudad de Tutrakan. Se habían apilado pedazos de hielo de varios metros de altura y hubo que lanzar bombas desde aviones para desmenuzarlos”.
El boletín confeccionado por los hidrólogos revestía una importancia extraordinaria para la gente que iba por el río, dice Nikolay Guenchev, uno de los mejores conocedores del Danubio y autor de guías sobre su curso completo.
”A algunos, este parte hidrológico podía haberles parecido monótono, y a otros, aburrido −prosigue− . Sin embargo, para nosotros, la gente vinculada profesionalmente con el transporte fluvial, el boletín era algo que esperábamos cada día, algo muy interesante e importante para nuestro trabajo, puesto que detrás de las frases sobre el nivel del río en centímetros iba el mundo diverso y dinámico de la navegación por el Danubio”.
Al acceder a la Unión Europea, Bulgaria recibió asistencia a efectos de modernizar la navegación y garantizar su seguridad en todos los sentidos. De este modo, el boletín de antaño fue incorporado no sólo al sitio web de la Agencia de Estudio y Mantenimiento del río Danubio, sino también saltó al moderno sistema informatizado BULRIS. En otras palabras, el boletín vuelve a existir, pero ahora en los ordenadores de los capitanes.
”Me da pena porque se trataba de una tradición, gracias a la cual escuchábamos nuestro nombre gratis todos los días −confiesa el capitán Pavlín Tsonev, director de la Agencia de Estudio y Mantenimiento del río Danubio, que lleva ya 60 años sobre el terreno− . Hoy en día, gracias a nuestro sitio electrónico, ya somos capaces de ofrecer asimismo otro tipo de información, no sólo unos numeritos indicativos del nivel del río, sino también imágenes de cómo son los diferentes tramos y qué clase de condiciones existen en ellos”.
La nostalgia acompaña también al Prof. Nikolay Nenov, director del Museo Regional de Historia de la ciudad de Ruse, cuando recuerda los partes sobre el nivel del río transmitidos por la radio.
”Para buena parte de los países de Occidente tener una tradición de sesenta años no es nada. Nosotros la tenemos. Sí, es posible que cueste caro. Sin embargo, aquí de lo que se trata es de prestigio, de las señales que emitimos a nosotros mismos y a quienes nos rodean. A las 15:00 horas, Radio Nacional de Bulgaria ya no menciona el río Danubio y obviamente para muchos, excepto la gente de las zonas ribereñas del río, éste es un ilustre desconocido, simplemente no lo necesitan, y puede que algunos sientan repugnancia por sus aguas turbias. Pero el Danubio es un signo peculiar porque nos conecta con el corazón de Europa y si no nos fijamos en éste, ¿cómo sabremos adónde vamos?”.
Para no poca gente la enumeración diaria de las ciudades ribereñas del Danubio en tres idiomas era una información tediosa e inútil. Hay, en cambio, otras personas que siguen estimando que la tradición que se había afirmado a lo largo de las décadas no debía haberse truncado. Hace algún tiempo, los aficionados al boletín hidrológico hasta organizaron una colecta de firmas pidiendo restaurarlo, pero mientras impere la tecnología, el boletín permanecerá para siempre en la historia.
Adaptación de Diana Tsankova a base a entrevistas de Asya Péncheva, corresponsal de Radio Nacional de Bulgaria en Ruse
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Radio Vidin, BGNES, rusemedia.com y archivo
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