Al cabo de siete horas de negociación en Ankara, los ministros de Transporte de Bulgaria, Danail Papazov, y de Turquía, Lütfi Elvan, pactaron la gradual liberalización al cien por cien del transporte de cargas por carretera entre los dos países, informa el diario Standart. Las dos partes vuelven a reconocer los permisos de tránsito, intercambiados y declarados nulos el 30 de enero pasado. El inicio de la liberalización será sentado al mejorar el régimen de transporte usando licencias bilaterales y de tránsito, explicó el ministro búlgaro. No serán liberalizados únicamente los regímenes de transporte con licencia para paso múltiple y licencias de y con destino a terceros países, pero su número será aumentado considerablemente con la entrada en vigor de un nuevo Convenio para el Transporte Automovlístico Internacional entre Bulgaria y Turquía que sustituirá el documento que rige en la actualidad y que fue firmado en 1977.

En mayo la Caja del Seguro de Salud quedará sin sus fondos de reserva para gastos imprevistos, que ascienden a unos 143 millones de euros, así como sin sus otros dos “tampones” - el excedente de 40 millones de euros y el plus obtenido por las cotizaciones a salud cobradas en proporción mayor a la debida. Es el pronóstico que lanza ante el diario Trud Iván Dimitrov, representante de los pacientes en el organismo supervisor de la Caja Nacional del Seguro de Salud.  El comentario de ésta ha sido que no hay motivos de preocupación y que después de junio se podría solicitar una actualización del presupuesto.

La baza étnica es hoy sumamente peligrosa y esindicativa de la debilidad de una sociedad, advierte en entrevista al Trud el historiador Andrei Pantev.  El que alguien se permita hacer uso de la baza étnica significa que la sociedad no se siente segura de sí misma, es inmadura y las personas que la integran han sido azuzadas unas contra otras. El catedrático Pantev señala, asimismo, que en todo el mundo existe una atmósfera de intolerancia étnica, que parece estar sustituyendo la lucha ideológica e incluso la lucha de clases de antaño. A la pregunta de si se debe autorizar la propaganda en lengua materna durante campañas electorales, el catedrático Pantev responde: “Se ha de hablar en lengua materna utilizando, sin embargo, un traductor, para que también los demás escuchen lo dicho. No se ha de causar la impresión de que, al hablar en una lengua que no sea la búlgara, se están inculcando mentalidad, comportamiento y votación no búlgaras”.

El Estado debe invertir más que nada en los búlgaros, comenta en el diario Sega el economista Vladimir Karolev. Desde hace años, los políticos hablan y hablan de economía haciendo aseveraciones que no tienen nada que ver con la realidad. Afirman, en primer lugar, que en Bulgaria no existe economía ni industria y que nada se fabrica; que el país no tiene productos competitivos que exportar; que la agricultura está desapareciendo y que el país es importador neto de alimentos. Otra aseveración falsa que desmiente en parte las primeras tres es que si hay algo que logra penetrar en los mercados internacionales, son las materias primas y los productos agropecuarios. Otro cantar predilecto de muchos políticos y economistas es que el Estado y el Gobierno deben apoyar determinados sectores. Pues no deben hacerlo. Lo que el Estado puede y debe hacer es invertir en los búlgaros. La educación es lo más importante. El principal riesgo que afronta Bulgaria es el muy escaso número de personas que reciben formación para las profesiones del futuro.

El diario Duma informa sobre un brusco viraje en los planes para la educación secundaria. No se harán realidad los anteriores propósitos de completar la enseñanza básica al terminar el séptimo grado escolar, y que la secundaria se desarrolle en dos fases, desapareciendo en los dos últimos años (11-o y 12-o) las asignaturas obligatorias para quedar únicamente las asignaturas especializadas. La ministra de Educación, Anelia Klisarova, manifestó que no entiende la filosofía de la división de la secundaria en dos fases, hasta el décimo y después del décimo grado, una división planificada por la Asamblea Nacional en 2012. En lo que va de 2006 a esta parte en el estado educacional, demográfico y económico del país se han operado cambios sustanciales que deben ser reflejados adecuadamente en la política educacional, opinan diputados de la izquierda. La ministra Klisarova y la presidenta de la Comisión Parlamentaria de Educación, Vania Dobreva, son categóricas en su opinión de que la lengua búlgara, la historia de Bulgaria y, probablemente, la geografía nacional se estudiarán obligatoriamente hasta el 12-o grado.

Por vez primera en Bulgaria una universidad matriculará a estudiantes sobre la base de los resultados que hayan obtenido en exámenes internacionales como TOEFEL e IELTS, informa el diario Presa. De momento este sistema se aplicará únicamente en la Facultad de Economía de la Universidad de Sofía. Las calificaciones obtenidas en los citados exámenes asegurarán el ingreso en las especialidades de Ciencias Económicas, Finanzas y Administración Empresarial. El Alma Mater más antigua de Bulgaria espera atraer de esta manera a los jóvenes que vacilan entre postular a estudios en Bulgaria o en el extranjero.

Versión en español por Raina Petkova