La mayor compañía búlgara para el desarrollo de juegos electrónicos en línea; más de 35 millones de usuarios registrados de todo el mundo; ingresos esperados del orden de 8 millones de dólares en 2013; gran número de premios…Son parte de los activos que tiene en su haber Hristo Tenchev, un joven búlgaro de 26 años, que dice que su éxito es incomparable al logrado por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, aunque sean coetáneos con él. Sin embargo, no cabe duda que lo conseguido por Hristo es impresionante para las escalas de Bulgaria. Es un afortunado que ha sabido convertir su afición en profesión.
“Creo que ha sido una suerte provocada, porque no se puede estar en casa de brazos cruzados y esperar que la fortuna te acompañe. La provocación en este caso significa actuar, trabajar y confiar que cuando haga falta, la suerte te acompañará”, dice Hristo, que fundó su compañía siendo aún estudiante de secundaria. Explica que no se lo había propuesto con firmeza pero que cuando se le presentó la oportunidad, no dudó en aprovecharla. En la actualidad dirige un equipo de más de cien personas y está presente en los mercados de más de 80 países.
“Desde pequeño me gusta jugar todo tipo de juegos electrónicos. Esto siempre ha sido y sigue siendo una de mis principales aficiones. Antes de entrar en el último año de la secundaria las cosas empezaron a perfilarse como un negocio. Entonces con mis compañeros de clase jugábamos muchísimos juegos electrónicos, incluso competíamos con otros jugadores del extranjero. Así me ganaba yo algún dinero. Cuando estás muy implicado en algo, siempre puedes ver en qué podrías mejorarlo. Pensé que podría desarrollar un juego mejor que los existentes. Además, ya me estaba adentrando en la programación. Casi en broma hice una nueva versión de un juego alemán, que resultó mejor que la original. Hice el juego en lengua búlgara. Primero empezamos a jugarlo con mis compañeros de clase. Resultó ser el primer juego en Bulgaria basado en un navegador y muy pronto llegó a tener 10 mil jugadores. Gustaba a la gente y, además, era totalmente gratuito. Sin embargo, cuando el número de jugadores aumentó muchísimo, surgió la necesidad de buenos servidores que soportaran el juego, y éstos costaban mucho dinero. Entonces decidí que el juego siguiera siendo gratuito pero que los jugadores más apasionados pagaran algún dinero por las mejoras que les ofrecía. Así, mi afición empezó a adquirir los contornos de un negocio. Luego ya podía permitirme pagar a otros, muy mejores que yo, para que hicieran la programación, mientras yo me dedicaba a mi tarea predilecta, la de inventar los propios juegos”.
“Yo mismo juego desde muy pequeño y creo que lo primero que educan en el menor es la capacidad de ser decidido. Un juego puede ser estratégico o lógico, y en cada juego hay que resolver algún problema, tal y como ocurre en los negocios y en la vida real. La vida de uno parece un juego: tienes una tarea que debes cumplir, y si la cumples recibes un premio. Si haces bien las cosas, pasas a un nivel superior, etc.”.
Los principales mercados en que se han impuesto los juegos búlgaros en línea son Europa Occidental, los Emiratos Árabes Unidos, Irán, Brasil… Hristo Tenchev tiene la ambición de conquistar también los mercados de EE UU y Asia.
¿Qué necesita uno para lograr éxito?
“Autodisciplina, sin duda alguna. Si esperas que otro haga tu trabajo, no avanzarás. Es importante también no tener miedo a los errores. Yo mismo he cometido muchos. El problema aparece cuando uno empieza a repetir sus errores. Por otro lado, hay que contar con un buen equipo de personas inteligentes, capaces y fiables, para poder hacer algo grande que vaya más allá de las fronteras nacionales”.
La más reciente aventura en que se ha lanzado Hristo Tenchev es su incorporación a la nueva Universidad de Software, junto con Svetlin Nakov, uno de los mejores ingenieros de soporte lógico en Bulgaria y principal motor del mayor centro de formación de ingenieros de soporte lógico en el país, la Academia de Software Telerik.
Los dos tienen la ambición de ofrecer a todos los deseosos la oportunidad de desarrollarse y avanzar en las tecnologías de la información. Los especialistas en este ámbito tienen mucha demanda en el mercado laboral nacional e internacional. Los dos jóvenes tienen la ambición de ver un día Bulgaria convertida en el Valle del Silicio de Europa.
“Es una idea que tengo desde hace cuatro o cinco años. Me encantaría trabajar en esta esfera. Lo que me motiva es que, siendo estudiante de la Universidad Técnica, tenía clara idea de los conocimientos que deseaba adquirir pero no los adquirí. Ahora tengo una empresa con más de 100 personas en su equipo; necesito más especialistas y me cuesta conseguirlos. De manera que crear la Universidad de Software fue un paso natural que di al conocer a una persona tan inteligente como Svetlin Nakov, que ha dado pruebas de su capacidad de formar a auténticos profesionales de la industria informática. Confío en su capacidad y creo que si el Estado no puede hacerlo, nosotros sí podemos lograrlo”.
Versión en español por Raina Petkova
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