La libre circulación es un derecho fundamental de los ciudadanos de la UE. Con la aproximación de los comicios europeos en mayo del presente, el debate sobre los inmigrantes pobres del Este de Europa de nuevo está sobre la mesa en el Occidente. Con la ola de refugiados de Siria, cobró actualidad en Bulgaria. El tema fue planteado hace días en un debate búlgaro-alemán en Sofía bajo el lema Modelos de Migración en la UE “fuga de cerebros”, o “emigración a causa de pobreza”, los retos ante Bulgaria y Alemania, con la participación de la viceprimera ministra y titular de Economía, Daniela Bobeva,  y el euro diputado alemán y vice presidente de ALDE, Alexander Graf Lambsdorff. Los dos coincidieron en que la emigración ayuda y no perjudica a los países donadores, así como a los que aceptan a emigrantes. El problema con la integración de los gitanos que espanta sobre todo a los europeos, incluidos los habitantes de muchas ciudades de Alemania Occidental, debe ser resuelto con los esfuerzos de todos los estados de la UE.

Según datos recientes, el 90% de los búlgaros que van a Alemania, por ejemplo, son jóvenes que estudian allí, encuentran trabajo y se integran con rapidez. Están por debajo del 5% los grupos compactos de gitanos que no dominan el idioma, no trabajan y tratan de beneficiarse del sistema social. No se puede hablar de una “fuga de cerebros” de Bulgaria, opinan los expertos. “El problema afectó los primeros años después de los cambios democráticos en Bulgaria en 1989, cuando abandonó el país el 11,5% de los búlgaros de educación superior: científicos, especialistas y expertos técnicos. Hoy se trata sobre todo de universitarios de quienes Alemania necesita”, hizo recordar durante el debate Daniela Bobeva. Ella señaló que a causa de esto, la escasez de cuadros altamente cualificados se compensará con un experimento único de prácticas en línea en la administración o el empresariado fomentará el regreso de los universitarios a Bulgaria.

“La emigración desde Bulgaria no perjudica a Inglaterra y los otros países de la UE, donde se desarrolló una campaña bastante negativa contra los búlgaros”, dijo la viceprimera ministra ante Radio Bulgaria. En sus palabras, la campaña no está basada en cifras concretas y el problema se politiza.

”No se cumplieron las expectativas de grandes olas de búlgaros que viajen al Reino Unido. Lo habíamos afirmado meses antes del 1 de enero de 2014, cuando fueron suspendidas las prohibiciones de trabajo para búlgaros, pero nadie nos prestó atención. Lo malo es que estas tendencias generan un negativismo en la sociedad hacia los búlgaros. Nosotros somos inteligentes y alegres, y nos integramos bien en los países en que vivismos. Espero que comunicando y presentando estudios sobre el tema logremos disminuir la tensión sobre el tema. Como ven el país que acoge a los inmigrantes siempre se beneficia de la libre circulación de las personas de mejor cualificación. Los que se integran con dificultad y tienen formación inferior se quedan en casa. Esto no puede ser así. Todo ciudadano de la UE tiene el derecho a libre circulación. No se puede decir: estas personas pueden emigrar y las otras, no. Bulgaria también acoge a inmigrantes. En este ámbito debe haber equilibrio y todo ciudadano debe tener derechos iguales. Los Estados deben esforzarse al máximo para integrar a los pobres. Me gusta mucho lo dicho por colegas alemanes de que el problema con los gitanos no es problema de una región o de un Estado. Es un asunto comunitario que debe ser resuelto. Hay muchos programas y ONG que se ocupan de la integración de los gitanos. Creo que hay tendencias favorables”.

Ante Radio Bulgaria comenta el tema el fundador del Instituto de Economía de Mercado, doctor Krasen Stanchev. Es categórico que la emigración no es nociva para la UE. Todo lo contrario, aporta al desarrollo del país que acoge a los inmigrantes. Los llamados modelos de migración son inventados porque no se puede hablar de “migración por pobreza” ni de “fuga de cerebros”.

”No creo que la emigración sea un problema. Todo el debate acerca del tema ha sido inventado artificialmente. La migración es buena tanto para los países donantes de personas como para los receptores. No hay hechos económicos que confirmen que es un problema. Cuando la pobreza es grande nadie emigra, como en el periodo de 1995 a 1997. La emigración de Bulgaria a países de la UE coincide con la drástica disminución de la pobreza, el periodo después de 2001. En el llamado modelo de “fuga de cerebros” se trata más bien de una elección libre de personas que ven mejores perspectivas para sí y sus familias en otros países. Pero esto no es “fuga de cerebros”. Es que la gente trata de invertir más en sus conocimientos y habilidades. En líneas generales, lo que ocurre con la emigración búlgara es que el potencial ha sido más o menos agotado hace mucho tiempo, hacia 2007-2009. Hoy, mucha gente va a Europa Occidental pero esto es más bien circulación de fuerza laboral, de conocimientos y habilidades. Estas personas tarde o temprano regresarán. Además, gastan lo ganado en Bulgaria. Esto es bueno para todos los demás, es decir para sus familiares aquí”. 

Persiste el problema con la integración gitana. ¿Cómo debe resolverse?

“Lo mejor es que no se resuelva con la política de los gobiernos centrales, no importa si los de Bulgaria o de Alemania”, opina Krasen Stanchev. “Los programas de integración significan un tratamiento político de un determinado grupo de ciudadanos de una manera discriminatoria como un grupo que posee unas características peculiares respecto al resto de los ciudadanos. Esto no debería ser así. Precisamente por esto, las políticas aplicadas hasta ahora son sustituidas por políticas para resolver los problemas de la llamada migración por pobreza que de hecho significa migración de gitanos. Esto no es problema ni Bulgaria ni de Alemania. En la ciudad de Dusseldorf deben encontrar una solución de este problema. Se trata de respetar las reglas del juego en terreno propio”.

Versión en español por Hristina Taseva