El sector económico búlgaro ocupa uno de los últimos puestos en la UE por el grado de su eficiencia y desarrollo sostenible. La productividad del trabajo de nuestros compatriotas sigue en el fondo de la clasificación europea. En 2012 un trabajador europeo generaba una media de 32,2 euros por hora, mientras un colega suyo de Bulgaria generaba un valor siete veces inferior, o sea, unos 4,8 euros por hora. Así lo señalan datos de la Eurostat, la Oficina Estadística Europea. Además, Bulgaria exporta al resto de países europeos básicamente materias primas y menos mercancías de alto valor añadido, como por ejemplo, máquinas. Esto quiere decir que el sector económico búlgaro no sólo que no es capaz de optimizar el aprovechamiento del trabajo sino que tampoco consigue utilizar racionalmente los recursos que emplea en la producción. Por esta razón en 2011 la eficiencia media en el aprovechamiento  de recursos en toda la UE superaba  8 veces la registrada en Bulgaria.

Todos estos secos datos estadísticos muestran  de modo elocuente que la economía búlgara necesita de una modernización sustancial. Esto significa que hay que implementar tecnologías y equipamiento nuevos, o sea, fomentar las innovaciones. No cabe ninguna duda de quecada empresa de este país quisiera fabricar mercancías modernas y competitivas para colocarlas con mayor facilidad en los mercados nacional e internacional. El problema es que hacen falta recursos financieros que tras la dura crisis no siempre están disponibles para que se modernicen  los sistemas de producción, gestión y comercialización. A estas alturas precisamente se coloca en primer plano el papel del Estado.

Es que nadie pretende ni espera que el Estado ofrezca dinero a los empresarios para la adquisición de  máquinas y equipamiento nuevos, pero, eso sí, todos esperan que el Estado siente las condiciones  políticas, económicas, fiscales y legales para que los empresarios inviertan en forma más fácil y menos costosa en innovaciones y modernización. Han sido elocuente sen este sentido las palabras de Daniela Bóbeva, viceprimera ministra para política económica, según la cual el gobierno tiene su política activa en el sector de las innovaciones. “Por vez primera hemos asignado del Presupuesto 10 millones de euros para innovaciones. Sin embargo, estoy convencida de que  será el sector privado el que creará una economía basada en las innovaciones”, señala la viceprimera ministra. A su juicio, es importante que la ciencia y la práctica empleen un mismo lenguaje para que se preparen los cuadros que la economía necesita. Últimamente, además, viene cobrando cada vez mayor actualidad el tema de la reindustrialización del país. En esta esfera el gobierno procura desempeñar un papel activo y a tal efecto está preparando un programa de reindustrialización. Ha trascendido que en el mismo se acentuará en implementar innovaciones, como medios capaces de generar mayor crecimiento económico en las empresas. “Deseamos respaldar a sociedades empresariales con innovaciones, que empleen tecnologías y tipos de producción inteligentes y sean  competitivas”, comentó  Dragomir Stoinev, ministro de Economía. El objetivo es que Bulgaria, de  país exportador neto de materias primas  pase a ser una potencia económica que exporta  producción procesada para contar con  mayor estabilidad. Así podrá abandonar el no especialmente prestigioso puesto 43 en la clasificación del Índice Global de Innovaciones.

Al igual que en otras muchas esferas también en ésta Bulgaria apostará asimismo por la UE acogiéndose al programa operativo de Innovaciones y Competitividad preparado para el período 2014 a 2020.

Versión en español por Mijail Mijailov