“Los sueños se hacen realidad cuando más gente cree en ellos”, comenta la Asociación Puentes Culturales que, en conjunto con la Fundación América para Bulgaria y el Teatro de Ópera y Ballet de Sofía, organiza por cuarta vez su sueño hecho realidad: el proyecto El Ballet Americano para Bulgaria.En tres noches consecutivas (20, 21 y 22 de junio) el público búlgaro puede disfrutar de un espectáculo conformado por cinco piezas de ballet. Este año el ciclo está dedicado a Tom Gold, nombre emblemático en el mundo de la coreografía y fundador de la compañía de danza Tom Gold Dance.

“Es un paso muy importante en el desarrollo de la cooperación en el ámbito del ballet entre los dos países –decía en vísperas del evento Momchíl Mladénov, de la Asociación Puentes Culturales– . Cada año el proyecto El Ballet Americano para Bulgaria presenta algo nuevo y diferente. En la primera edición vino con su ballet Suzanne Farell, musa del legendario coreógrafo George Balanchine. En la segunda vimos un ciclo de tres espectáculos excepcionales, de estreno para el público búlgaro. Lo novedoso en 2013 fueron los dos escenarios en que transcurrieron las funciones, y en esta ocasión nuestras primeras bailarinas actuarán con solistas del Ballet de la Ciudad de Nueva York y el Ballet del Pacífico Noroeste. Esto ocurre por primera vez. En una de las piezas balletísticas, Preludios de Gershwin, dos violinistas búlgaros colaborarán con dos bailarines norteamericanos en la coreografía de Tom Gold”.

Después de los ensayos, los invitados de Norteamérica se mostraron muy emocionados e impresionados por sus colegas búlgaros. Dijeron que para ellos fue una experiencia nueva e interesante porque integraban dos compañías de ballet diferentes que trabajaban juntas por primera vez.

“Para mí y mi compañía es un privilegio estar en su país–asegura el coreógrafo Tom Gold y prosigue– : Una de las principales misiones de mi compañía es presentar al mundo lo mejor del ballet clásico norteamericano a través de los años. Con nuestras actuaciones queremos entretener y también educar al público. Creo que estamos estableciendo un puente cultural que presenta a nuestros dos países de la mejor manera. En mi trayectoria he tenido la suerte de trabajar con diferentes coreógrafos y acumular una valiosa experiencia. Al crear mi compañía siempre he buscado espectáculos de la más alta calidad para ponerlos en escena con bailarines de talento que trabajan duro, poniendo en ello su corazón. Mi conjunto es pequeño por esto las relaciones en su seno son muy importantes, es necesario que la gente se caiga bien; por mi parte apoyo y quiero a todos. Para mí el mayor cumplido es cuando después de la función me dicen: “Ese es tu estilo”. Bulgaria es el último país en la gira europea de la compañía. A los que hablamos el idioma del ballet el mundo nos parece pequeño. Trabajamos duro y amamos apasionadamente nuestra profesión. Así es en todas partes donde he estado, lo es también en Bulgaria; es un sentimiento maravilloso”.

El evento fue inaugurado con el ballet Apollo, con música de Igor Stravinsky. El rol de Apollo, líder de las Musas, fue interpretado por Seth Orza, primer solista del Ballet del Pacífico Noroeste. “Es uno de mis ballets favoritos pero esta vez será diferente –ha manifestado Seth antes de la representación– . El resto del reparto lo integran bailarines de dos compañías norteamericanas y una búlgara”. La pareja de Seth Orza fue la primera bailarina del Ballet de la Ciudad de Nueva Cork, Maria Kowrovski. Ella dijo que esta es una de las obras clave puestas en escena en su teatro, por lo que se siente feliz que el público búlgaro tenga la oportunidad de verla. Tom Gold trabaja desde hace más de 20 años con el coreógrafo Willie Berman, quien ensayó Apollo con el gran Balanchine. En Bulgaria los dos transmiten su experiencia a los bailarines búlgaros. Marta Petkova, Katerina Petrova, Vijra Madzhárova y Veneta Jrístova son cuatro danzarinas búlgaras que también participaron en el espectáculo.