Un grupo búlgaro de poesía etno y rock. Suena como un experimento en que las dos artes ponen las cartas sobre la mesa y el juego adquiere un sentido nuevo. Los dos poetas Petar Chujov e Iván Hristov crearon el grupo hace 10 años. Depués atrajeron a amigos con quienes comenzaron a componer la música e hicieron realidad sus sueños. Gologan es el nombre de una antigua moneda de cobre de 1881. Un gologan negro no se puede perder, dice un proverbio búlgaro y es verdad porque, a pesar de los cambios en el grupo, hoy sus integrantes continúan adelante con nuevas canciones y actuaciones escénicas.
La letra de algunas de las canciones nació como una poesía y, por esto, el vínculo poético no se perderá, dice Ángela, etnomusicóloga, traductora de textos literarios y aficionada a la tambura, un instrumento de cuerdas que se parece a la bandurria.
“La música que me gusta es el folclore búlgaro y el rock norteamericano. Creo que en Gologan hemos logrado el equilibrio ideal entre los dos. Nuestras canciones nacen de modo espontáneo, por ejemplo, durante los ensayos oigo un riff en la guitarra y en mi mente nacen melodías con motivos búlgaros. Cuando comenzamos hace 10 años, la mayoría de los grupos que interpretaban música etno fueron orientadas al jazz y no tanto al rock. Creo que esto distingue nuestro estilo”.
“Soy de la generación que creció con el folclore arreglado. A mí no me gusta mucho, ya que todas las canciones suenan del mismo modo. Antes de conocer a Ángela compraba grabaciones de folclore auténtico que no estaba grabado en un estudio y que me gustaba”.
“El folclore auténtico es la fuente de la cual tomamos los motivos para nuestras canciones”, dice Ángela. “He aprendido parte de estas canciones de habitantes de las aldeas, así como de grabaciones hechas en terreno. Están cargadas de una energía muy especial que encaja con nuestra música”.
Gologan fue invitado especial en el concierto de clausura del concurso radial “Primavera de Oro 2014” en que ofreció un recital. Después tomó parte en el festival “MANIfest” en Rumanía. “El festival fue organizado como una manifestación en contra de las prospecciones de gas de esquisto en Rumanía. Fue muy interesante, el escenario en el campo se parecía a Woodstock”, cuenta Petar Chujov. Ángela agrega que el cuadro musical del festival ofreció jazz, rock y reggae. Gologan presentó sus canciones, con elementos folclóricos y de rock a los cuales el público respondió bailando.
El décimo cumpleaños del grupo es un buen motivo para conciertos. Todavía no hay una fecha pero los planes son que se organice en un club capitalino en noviembre.
Versión en español por Hristina Taseva
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