Millones de niños de todas partes del mundo disfrutan todos los días de los juguetes escondidos en los huevos de chocolate de Kínder Sorpresa. A las sonrisas de los pequeños contribuye también una empresa búlgara de Plovdiv. Resulta que una gran parte de las sorpresas de plástico no hubieran sido realidad sin la ayuda de una empresa situada en la parte sur de Bulgaria. ¿Por qué? La respuesta es muy simple: es que los moldes para los juguetes infantiles se elaboran en Plovdiv. Los requisitos para la fabricación de los moldes son muy elevados, pero la empresa búlgara logra responder a este reto.

La compañía búlgara ha desplazado del mercado a una empresa inglesa de producción de espirales metálicas y una alemana para la producción de placas de imprenta. Resulta que la segunda mayor ciudad de Bulgaria ocupa buenas posiciones en los mercados mundiales gracias a una compañía local que maeja un negocio de millones.

No es de sorprender que en la ciudad de las colinas cada año se celebre la mayor feria tecnológica en la que participan empresas de todas partes del mundo. Por esta razón, Plovdiv, que ha sido nombrada Capital Europea de la Cultura de 2019, atrae el interés de muchos productores de diferentes áreas de la industria. Uno de los socios de las empresas extranjeras en el área de la construcción de maquinas es el Grupo Industrial Búlgaro S.A.. Con su producción de espirales metálicas la compañía ocupa el prestigioso cuarto lugar en la clasificación mundial de las empresas del sector.

Dimo Zafirov, director ejecutivo del Grupo Industrial Búlgaro S.A., nos explica cuál es el camino del éxito en estos tiempos difíciles:

“La mayor parte de nuestra producción es la de espirales metálicas para empastar libros y documentos, que se consideraban algo pequeño y no tan importante como mercado. Cuando empezamos a producir y venderlas pronto alcanzamos el segundo o el tercer lugar en Europa y quedó claro que en realidad era un negocio rentable”.

Al principio, la empresa de Plovdiv empezó con un equipo de tres personas que hoy en día llegan a 140. En los años no ha habido grandes cambios de personal. “La razón es que es difícil encontrar a trabajadores cualificados que saben hacer las cosas de la manera que requiere el mercado de productos de calidad”, añade el director de la compañía.

¿Es difícil realizar la cooperación entre las empresas búlgaras y las compañías extranjeras?

“Es un proceso largo. Aproximadamente de 100 conversaciones sobre encargos, seis finalizan con éxito. Hasta ahora nadie ha tenido preocupaciones de que al fabricarse  en Bulgaria los productos serían de baja calidad. ¡Todo lo contrario! Puedo decir que las espirales metálicas que producimos tienen menos de 0,00001% de devoluciones o quejas. Es así porque hemos construido un buen sistema de control”, explica el Sr. Zafirov.

Otro factor que nos convence que el holding es de nivel mundial en el impacto de la crisis financiera. Para la empresa búlgara no hay grandes consecuencias. “Doy gracias a Dios por el hecho de que hemos logrado conservar el nivel. Esperamos poder empezar a crecer de nuevo pronto, después de que Europa ya ha empezado a estabilizarse notablemente”, comenta el director del Grupo Industrial Búlgaro S.A., Dimo Zafirov.

Es curiosa la manera en la que él define la economía búlgara: 

“La economía búlgara es flexible y resistente. Logra superar con mucho trabajo todos los choques que afrontamos. Estoy lejos de la idea que la situación tiene sólo características pesimistas. Existen suficientes ejemplos que muestran un desarrollo positivo. En unas condiciones distintas podríamos estar completamente al nivel de Europa. No hay que poner límites de antemano, diciendo que ésta es Bulgaria y que no se puede hacer una u otra cosa, que no podemos conseguirlo. ¡Debemos pensar como europeos!”

Versión en español por Ruslana Valtcheva