Con el verano incipiente, cuando días seguidos llueve a cántaros, un hombre llega a la hermosa y antigua villa de Sozópol donde pasa sus veranos desde la infancia. Lleva consigo diez botellas de vodka para ahogar en él sus penas.
El Sozópol de los tiempos pasados tiene poco en común con el homónimo centro turístico actual, de hoteles construidos uno al lado del otro y coloridos puestos de venta de recuerdos y chucherías, invadido por multitud de turistas. La cámara ha captado un mar increíblemente espléndido – tranquilo a ratos y a otros, tormentoso –, profundidades submarinas y playas limpias; como también una vieja casa de madera que guarda recuerdos dolorosos y muchas culpas.
¿Podría este lugar hacer sanar las heridas del pasado, convertirse en fuente de esperanza y darle sentido al presente? La película El hundimiento de Sozópol, basada en la novela homónima de Ina Valchánova, busca las respuestas.
El director de la cinta, Kostadín Bónev, es ganador de muchos premios nacionales e internacionales por sus documentales y largometrajes. Recientemente, “El hundimiento de Sozópol” fue laureada con el Premio al Mejor Guión (Ina Vulchánova y Kostadín Bónev) y a la Mejor Actriz (Snezhina Petrova) en el Festival del Cine Búlgaro “Rosa de Oro”. El filme dio el inicio al festival otoñal del séptimo arte, Cinemanía, que se sigue desarrollando en Sofía. En una breve entrevista a Radio Bulgaria, el realizador se refiere a los puntos fuertes del guión y también asi fue fácil adaptar la novela para la gran pantalla.
“Son muy raras las veces en que una novela llega a gustarme a tal punto que me diga: Esto quiero convertirlo en cine, ya. Fue exactamente el caso de El hundimiento... A primera lectura la novela es sumamente cinematográfica; he de confesar que ni me di cuenta de los retos a que me enfrentaba, pero unimos fuerzas con Ina y después de tres o cuatro años de trabajo sobre el texto, logramos la variante final”.
En la película el pasado, el presente y el sueño se fusionan. A este respecto Kostadín Bónev dice…
“El pasado y el presente están entrelazados en la vida de todos nosotros, existen juntos, de forma paralela y real. Estamos permanentemente en contacto con nuestros seres queridos que pasaron al más allá y a los que nos dirigimos a menudo en nuestros pensamientos pidiéndoles consejo. Siempre llevamos dentro nuestras memorias, creyendo que algunas cosas sucedieron prácticamente ayer, cuando en realidad han pasado 20, 30 o más años. En este sentido, a veces el ser humano cae en un estado en que su noción del pasado es más real de lo que lo rodea”.
Según Kostadín Bónev, cada búlgaro tiene su propio Sozópol, y describe cómo es el suyo.
“Es muy bonito. Guardo sinceros y cálidos sentimientos hacia esta villa, que he llegado a amar aún más a causa de la película. Espero que el público también se enamore de un Sozópol visto desde una perspectiva tal vez diferente a la suya”.
La música y la banda sonora de la película “El hundimiento de Sozópol” son de Nikolay Ivanov, fundador del grupo OM, el primero de estilo etnoambiental en Bulgaria. Kostadín Bónev colabora con este grupo desde hace años y aprecia mucho su trabajo. La música es un componente muy importante de esta película, que apuesta en los mensajes intuitivos. Junto con la imagen, obra del cámara Konstantín Zánkov, crea una atmósfera intensa que contribuye al impacto de la cinta.
“Quisiera que el filme encuentre su público, en Bulgaria y también en el extranjero. Estamos trabajando intensamente para su promoción en diversos festivales”.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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