El ataque contra la sede de la revista satírica francesa “Charlie Hebdo” en el centro de París, en el que perdieron la vida doce personas, ha conmocionado el mundo. Fue golpeado el símbolo de la libertad y la tolerancia. Todo sucedió en un país cuyas puertas están abiertas para los diferentes, para todos quienes buscan derechos iguales y una vida sin violencia.
Francia es un país en que toda persona tiene el derecho de profesar su religión, defender sus creencias sin miedo sin temer persecuciones y arbitrariedades. Esta libertad fue conquistada a precio de muchas víctimas y defendida celosamente durante centenares de años para ser hoy motivo de orgullo para cada ciudadano francés. Por eso el ataque contra la revista “Charlie Hebdo” se concibe por todo librepensador como un asalto contra la libertad de expresar libremente la visión propia del mundo.
Según el periodista francés, Hugues Huet, del canal de televisión público francés France 3, el país galo pasó por varios períodos de atentados que llevaban los rasgos de actos terroristas y en que las víctimas fueron personas que se encontraban por casualidad en el lugar del ataque.
“El último atentado estremecedor fue en 1995 durante la guerra civil en Argelia, cuando en la estación Saint Michel del metro de París en un atentado con bomba murieron ocho personas. Hasta hoy en día aquel atentado es considerado el acto terrorista más sangriento de la historia de Francia. En los años 80 hubo varios atentados relacionados con el grupo Hizbulá pero nunca hubo un atentado tan brutal y escalofriante contra un símbolo: el de la República, del Estado Laico, de la libertad de expresión, etc. Lo que sucedió es el crimen más atroz y más sangriento después de la guerra en Argelia, es decir en los últimos 50 años”.
A juicio de Hugues Huet, el asesinato de los periodistas fue a sangre fría “de bala en la cabeza y como una venganza clásica”. Los asesinos habían escogido a sus víctimas y lo sabían todo sobre ellos. El atentado es más que ajuste de cuentas con personas que piensan de otra manera y sirve para aleccionar a quienes se atrevieron a oponerse al fanatismo. Es una advertencia a los periodistas que se permiten condenar las atrocidades de los integristas y de todos los partidarios celosos del yihadismo. Por eso periodistas de todo el mundo expresaron su apoyo a sus colegas galos con la inscripción “Je suis Charlie” (“Yo soy Charlie”) en señal de solidaridad.
La Asociación de los Periodistas Francófonos en Bulgaria organizó el 8 de enero una concentración en homenaje frente al Instituto Francés de Sofía a que acudieron muchos ciudadanos búlgaros.
“Muchas gracias por su solidaridad. Estos días he recibido muchas condolencias por parte de medios de comunicación de todo el mundo. Como periodista francés estoy muy emocionado por la reacción de los colegas que han expresado su solidaridad con nosotros ante lo sucedido”, expresó el periodista francés, Hugues Huet, del canal de televisión público France 3.
Versión en español por Vesela Petrova
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