La semana pasada regresaron a Bulgaria miembros de la 23ª Expedición Antártica Búlgara liderada por el profesor Hristo Pimpirev, investigador polar y presidente del Instituto Antárctico Búlgaro. Participaron en la expedición un grupo de experimentados alpinistas: Nikolay Petkov, Doichin Boyanov, Alexander Shopov. Los tres se dirigieron a la isla de Livingston con el objetivo de escalar y hacer mediciones geodésicas de los picos de la montaña Tangra, próxima a la base de investigación búlgara “San Clemente de Ojrid”.
Hristo Pimpirev ofrece más detalles sobre el trabajo realizado por los alpinistas:
“Los alpinistas búlgaros tuvieron que escalar picos vírgenes de Tangra, la montaña “más búlgara” fuera del territorio de Bulgaria. El proyecto tuvo éxito. A pesar de las condiciones atmosféricas muy duras fueron escalados por primera vez una serie de picos y se realizaron mediciones con equipos GPS prestados por el Servicio Topográfico Militar del Ejército Búlgaro. Estos picos y sus altitudes exactas ya pueden ser incluidos en el mapa mundial”, señala Hristo Pimpirev.
Nikolay Petkov, quien escaló dos veces el Everest, dice que fue atraído por el proyecto porque le ofrecía la oportunidad de ser, junto con otros connacionales, autor de la toponimia de la cordillera de Tangra de 30 km de longitud, así como investigar sus picos más importantes.
“Para mí el desafío fue el pico Gran Pico Aguja. Me atraía el que ese pico fue uno de los primeros descubiertos en la isla de Livingston en el siglo XVIII por las gentes del mar que le dieron el nombre. Sin embargo, éste no fue elegido al azar. El Gran Pico Aguja es una pirámide de hielo que emerge del mar. Tuvimos la suerte de que siglos más tarde nadie lo hubiera conquistado y ese fue un objetivo atractivo para nosotros”, dice Petkov.
“Este pico, de 1679, 49 m de altitud, 10 o 20 metros más bajo que el pico más alto de la isla Friesland, fue conquistado el 8 de enero de 2015. Los búlgaros pusieron por primera vez el pie sobre dos picos vírgenes más, Plana y Sofía. En su camino los alpinistas enfrentaron muchas dificultades: glaciares, grietas, hongos de hielo. Sin embargo, el obstáculo más grande fue el mal tiempo.
Doichin Boyanov, conquistador del Everest sin la máscara de oxígeno, refiere sobre la escalada de Liaskovets, uno de los picos más bellos de la isla de Livingston.
“Tuvimos que hacer una escalada en hielo de 40 a 50 metros. Me impresionaron las formas del hielo modeladas por el húmedo clima oceánico, las bajas temperaturas y los vientos huracanados que soplaban en la isla. Según algunos científicos, ese sitio tiene el peor clima del planeta y estoy completamente de acuerdo con ellos. Durante los 30 días que pasamos en la isla de Livingston solo una tarde hizo buen tiempo que aprovechamos para escalar la cresta principal. Después de que habíamos conseguido perforar la espesa nubosidad con muchos esfuerzos y coraje a los 1300 metros de altura ya hacía tiempo claro y soleado”.
“Salimos del abismo del infierno y de repente nos encontramos en un fantástico cuento de hadas, sumergidos en el resplandor de la puesta del sol”, añade Nikolay Petkov. Los alpinistas señalan que para el éxito de la misión fue muy importante el papel que jugó el meteorólogo de la expedición española (Fausto) en la isla. El español les informaba sobre el clima y abrazó con enorme emoción la causa de los búlgaros.
Boyanov y Petkov están sorprendidos por el hecho de que en el siglo XXI, a pesar de las posibilidades que ofrecen los satélites, todavía quedan espacios en blanco en el mapa de la Antártida e incluso son erróneos los contornos de la isla de Livingston señalados en el mapa. “La Antártida es el último continente descubierto que el hombre no ha investigado lo suficiente. Bulgaria está allí, tiene su base polar. Nuestro deber es hacer un mapa detallado de esta isla y rellenar los espacios en blanco en el mapa de la Antártida”, dice Hristo Pimpirev, que a pesar del presupuesto restringido de 175 mil euros del que dispone, con ayuda de patrocinadores y un sinfín de ideas logra organizar cada año expediciones exitosas de científicos búlgaros al Continente Helado.
Versión en español por Vesela Petrova
Fotos: Cortesía del Instituto Antárctico Búlgaro
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