El Festival de Cultura Urbana Sofía Respira se celebra por sexto año consecutivo. Cada domingo de agosto una calle céntrica de la capital búlgara acoge a artistas y productores.
Los temas del Fest son diferentes: el primer domingo fue dedicado a la ecología; las artes visuales serán parte de Sofía Respira durante el segundo domingo, 09 de agosto. Para la literatura están reservados el día 16 de agosto y la calle donde se ubica la sede de la Unión de Escritores de Bulgaria; entonces los visitantes del Festival tendrán oportunidad de reunirse con escritores contemporáneos. La fecha para los amantes del deporte es el 23 de agosto, mientras que el último domingo del mes será dedicado a la música y la danza.
El tema ambiental fue presentado principalmente mediante la participación de productores de productos ecológicos. Uno de los atractivos del Festival fue una demostración de cómo se prepara y estira la yufka o masa filo. Todo quien así lo deseaba podía participar en esta faena.
Albena Gueorguíeva, una de las participantes en la jornada dedicada a la ecología, comentó para Radio Bulgaria algunos de los problemas que afrontan los pequeños productores.
“La dificultad proviene del hecho de que el Estado ha establecido unos requisitos muy elevados ante el pequeño productor. Es decir, en Bulgaria uno tiene que ser sólo gran productor, no se puede ser pequeño. En realidad, es bueno que haya crecimiento y que cada uno evalúe hasta dónde alcanzan sus fuerzas y ambiciones. El otro problema es que gran parte de nuestros productos de elaboración casera no se pueden vender en la red comercial ya que no están hechos en un taller. Según los requisitos del Estado, para hacer yufka hay que tener un taller de producción de yufka; para hacer lútenitza (botana nacional de sabor picante típico de Bulgaria) hay que tener un taller de producción de lútenitza; para hacer mermelada, igual. Esto es absurdo porque no hay manera que una pequeña empresa disponga de tres talleres. Habría que pensar en la forma en la que los pequeños productores puedan colocar sus productos”.
Yulia Slávkova, productora de miel, afirma que el interés por los productos orgánicos está creciendo constantemente.
“Lo que más me llama la atención es que viene mucha gente joven con niños pequeños. Así, desde muy tierna edad, los niños comienzan a mostrar interés por este tipo de productos. Al probar el tahini de avellanas con miel, que tiene el sabor de la crema de chocolate, exclaman: “¡Ay, esto es más rico que el chocolate!” Sienten el sabor natural de los productos”.
El apicultor Alexánder Slávov, que participa por tercera vez en el Festival Sofía Respira, describe sus impresiones del mismo de esta manera: “Es un festival muy fresco, muy agradable, lleno de gente sonriente, y el tiempo es excelente. Las calles en que se desarrolla adquieren una apariencia europea. No hay límite de edad. He notado que vienen tanto niños pequeños como también gente de edad muy mayor”.
Las expectativas de la mayoría de los productores de productos orgánicos, participantes en el Festival Sofía Respira, como Zlatina Dímcheva, no eran conseguir grandes ganancias; lo más importante para ellos era la oportunidad de conocer gente nueva y adeptos de su labor.
“Se nota un cambio en la manera de pensar de la gente, que se vuelca mucho más hacia la naturaleza pensando sobre todo en su salud –dice Zlatina– . Lo que llama la atención es que son jóvenes con hijos. Tratándose de productos orgánicos, es importante que conozcan quienes están detrás de esta producción, ya que consumen alimentos de los que tienen que estar seguros de que son saludables. Es difícil confiar únicamente en un certificado o una etiqueta sobre el producto. Sofía Respira es un magnífico festival que da oportunidades a productores como nosotros”.
El tema ambiental de ninguna manera restringió el alcance del Festival. Además de productores de productos ecológicos, se presentaron diseñadores de bisutería, alfareros, autores de objetos manufacturados… Se podían ver, asimismo, alfombras tradicionales búlgaras, hubo talleres creativos para niños. El Festival Sofía Respira proporciona a la ciudad aquello que necesita en agosto: encanto, diversión e individualidad.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Silvia Petrova
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