Centenares de menores de edad como también gran número de adultos, tras asomarse a las tradiciones norteamericanas, se preparan para recibir la fiesta de las máscaras y los faroles de calabaza, Halloween. Para ellos, el día dedicado al contacto con el mundo del más allá y el respeto de las fuerzas espirituales, probablemente, sea motivo para entretenerse y forma para que los niños den rienda suelta a su imaginación haciéndose fotos interesantes como recuerdos de la festividad. Muchas personas que en Bulgaria comienzan a celebrar esta fiesta no se interesan por su origen, ni por el carácter pagano de los símbolos y adornos. Según conocedores, la relación, aun siendo en broma, con los símbolos de las tinieblas puede acarrear consecuencias nocivas para la educación de los menores de edad.

En vísperas del 1 de noviembre, dignatarios eclesiásticos de la Iglesia Ortodoxa Búlgara han difundido un mensaje a los fieles en el que enfatizan en las raíces paganas de Halloween, que contradicen la doctrina cristiana. Hacen recordar que también hoy los cristianos ortodoxos celebran la festividad de Todos los Santos a comienzos del verano. Hasta el siglo IX, la festividad se celebraba en una misma época del año tanto en Este como en Occidente. Roma adoptó la decisión independiente de trasladar el respeto a los santos al día 1 de noviembre, para así superar las tradiciones paganas enraizadas en Europa Occidental, mantenidas antaño por los sacerdotes y magos celtas. Fue así como la festividad llegó a la época moderna, y el los últimos años, gracias a las nuevas tecnologías y a la globalización Halloween se ha venido imponiendo como una tradición moderna y atractiva que ha fomentado toda una industria que confecciona máscaras, trajes y accesorios.

Los líderes de la Iglesia Ortodoxa llaman a Halloween “seudo fiesta” y, a su juicio la misma enseña a la gente a no sentir asco por los demonios y a acoger la muerte como una mascarada, como un juego y una diversión inofensivos. Exhortan a no convertir Halloween en parte de la idiosincrasia búlgara, dado que el 1 de noviembre Bulgaria celebra el Día de los Próceres de la Ilustración Nacional, gran número de los cuales habían sido dignatarios eclesiásticos de misión ilustradora.

Al margen de los postulados de la iglesia está la escuela laica de Bulgaria. En las clases extraescolares de trabajo y creatividad la atención de los niños se centra inevitablemente en los trajes con que se engalanarán para la fiesta. Los menores de edad cuentan con el apoyo de sus padres y, junto con éstos, recorren las tiendas en que se ofrece gran variedad de trajes de brujas, demonios, de héroes fabulosos de cuentos de hadas o de películas. Los psicólogos tienen su opinión contundente con respecto a Halloween. Según Margarita Bakracheva, profesora de psicología del Instituto de Estudios del Hombre, de la Academia de Ciencias de Bulgaria, la eventual prohibición de que los niños celebren Halloween podría tener consecuencias negativas en la psique de éstos: “Cada tipo de entretenimiento motiva emociones y vivencias agradables. Por esta razón, al limitar la celebración de esta alegre fiesta, el efecto sobre los menores de edad será negativo. Hablamos de un cambio en el mundo moderno y este cambio se traduce en el interés aún más acrecentado de los niños por el mundo material, por los objetos y accesorios abigarrados. Se ha comprobado al pasar los años que la metamorfosis carnavalesca en héroes fabulosos y seres mitológicos no entraña peligro alguno. Lo que pasa es todo lo contrario, o sea, que la celebración conjunta les ayuda a los menores de edad a que se sientan como parte de la comunidad infantil. Se les permite planear, cooperar en los preparativos y, no en último lugar, compartir las emociones y el regocijo de la festividad. Esta fiesta resulta muy atractiva para los niños y es fácil de asimilar por su conciencia. Debemos aprovecharla también para lograr fines educativos. Celebrar Halloween es útil, máxime en una época en que Internet es omnipresente y para los niños no hay una frontera entre el mundo real y el virtual. En esto corresponde un papel primordial a los padres quienes pueden ayudarles a sus hijos para un discernimiento acertado entre lo que es permisible y lo que no es, hasta qué punto las cosas ocurren en forma de broma y cuáles son las fronteras que no habría que franquear.

Versión en español por Mijail Mijailov