Al igual que en 2009, Rusia ha vuelto a cerrar el grifo del gas para Ucrania por no haber pagado ese país por adelantado por nuevos suministros de gas. En respuesta Ucrania prohibió la importación de gas ruso. Allá ellos. Sí, pero es que es a través de Ucrania por donde se produce el tránsito de gas ruso con destino a Europa Central y del Sudeste, o sea, también a Bulgaria. Mientras, el jefe de la Gazprom, Alexei Millar, advirtió que la negativa de Kiev de adquirir gas ruso entraña “un riesgo grave” para el tránsito del combustible azul a Europa vía Ucrania. Bulgaria tampoco se encuentra preparada para afrontar tal crisis, justo como le pasó en 2009, cuando en pleno invierno este país tuvo que tiritar dos meses seguidos mientras las centrales térmicas se iban adaptando a quemar carbón. Ahora se nos trata de tranquilizar de que en Ucrania hay dos gasoductos diferentes: el de tránsito a Europa y a Bulgaria, y otro, para el consumo en la propia Ucrania.

Se supone que la Gazprom no se propone restringir el tránsito, sobre todo, rumbo a Bulgaria, ya que se trata de unos flujos monetarios estables para esta compañía que actualmente afronta problemas causados por el bajo precio del crudo. O sea, no hay motivo para asustarse. La ministra de Energía búlgara, Temenuzhka Petkova, también ha procurado tranquilizarnos señalando que por el análisis que su departamento había hecho se había comprobado que, a estas alturas, no hay fundamento alguno para alterar el régimen operacional de la red gasística nacional y de tránsito, ni hay riesgo alguno para la misma. Sin embargo, el primer ministro, Boyko Borisov, se sintió alarmado, en su visita a la lejana China, por el descenso de la presión en esta misma red tras las sanciones rusas. La ministra de Energía manifestó por tal motivo que las fluctuaciones en la presión eran algo normal en el suministro de gas natural y que la presión ahora se encuentra en el marco de lo normal. ¿Hasta cuándo? Por lo demás, el depósito de gas búlgaro de Chiren, aunque se encuentra lleno al 90 % de su capacidad, por sus 450 millones de metros cúbicos de gas, sólo podrá dejar resuelto el problema para un período de un centenar de días pero no en forma completa. Es que en la época de invierno, Bulgaria consume de 8 a 10 millones de metros cúbicos de gas diariamente, mientras que en Chiren, la extracción diaria es de un 4,5 millones a lo sumo.

La verdad es que a pesar de la crisis del gas en 2009 y los objetivos anunciados y plasmados en estrategias energéticas, no hay hasta la fecha, nada construido ni acabado lo que se esté construyendo. Bulgaria tiene un provecho escaso. Se hacen referencias a flujos de cualquier tipo, se están mencionando hubs gasísticos, pero no se está haciendo lo que es lo más rápido y lo menos costoso: hacer interconexiones gasísticas con los vecinos países. A propósito, en el transcurso de la semana, fue la propia CE, la que hizo una exhortación en este sentido, o sea, que Bulgaria construya, con la mayor rapidez posible, los gasoductos transfronterizos para conectarse a los países vecinos, obras que son subvencionadas con dinero del presupuesto comunitario. Anna-Kaisa Itkonen, portavoz de la Comisión Europea para Energía, anunció que el presidente de la CE Jean-Claude Juncker había hecho personalmente esfuerzos extraordinarios con vistas a la modernización de la infraestructura en Europa central y del Sudeste, incluso en Bulgaria, de manera que cada país miembro de la UE llegue a disfrutar de, al menos, tres fuentes diferentes de gas. De momento Bulgaria sólo cuenta y, para rato, con una fuente única, la de Rusia vía Ucrania. Al igual que hace 6 años, cuando tiritábamos de frío, ahora tampoco habrá quien nos caliente, caso de que, no lo quiera Dios, la presión en el gasoducto siga oscilando hasta que desaparezca por completo.

Versión en español por Mijail Mijailov