Nos ha tocado vivir en una época vertiginosa y si nos rezagamos frente a su desarrollo veloz perderemos nuestras oportunidades de tener una vida mejor. Necesitamos de una nueva mentalidad global para ajustarnos a las altas exigencias del mundo rápidamente cambiante. Las compañías del futuro apostarán por el llamado “empleado multifuncional” y las funciones estrechas irán quedándose en el pasado. Así la gente tendrá necesidad de entender de cosas muy variadas y de aprender sobre la marcha otras muchas.

La multifuncionalidad se transformará en la nueva motivación, ya que la gente hará labores diversas desempeñando en ocasiones varios papeles a la vez y de esta forma elevarán la productividad de la respectiva compañía y la calidad de su vida personal, dice Nadia Vasilev, directora gerente de una compañía de contratación de personal. Sin embargo, con esto los niveles de estrés irán subiendo por el cambio rápido y sólo podrán dar abasto a sus tareas las personas estables y sostenibles. Además, cada uno deberá encontrar el equilibrio en plano profesional, gobernando su evolución profesional, el desarrollo de sus habilidades. Deberá, al mismo tiempo, vigilar estrictamente su estado de salud. Lógicamente, la adquisición de una cultura financiera elemental resultará obligatorio para que uno pueda planear y controlar su propia contabilidad. Por lo general, siendo uno multifuncional será aventajado frente a los otros candidatos para las plazas laborales vacantes.

A los empleadores les cuesta, cada vez más, encontrar empleados cualificados, ya que la revolución en el puesto de trabajo implica poseer cualidades y habilidades completamente diferentes. La ética, la disposición de cambiar, la disciplina, el compromiso, el espíritu de iniciativa, cargar con diferentes responsabilidades, la adquisición de nuevos conocimientos son solamente algunas de estas cualidades, dice Nadia Vasileva.

Se trata del llamado desfase entre la demanda y la oferta. Entre los empleadores observamos una crisis en el nivel mediano de gestión empresarial por la falta de responsabilidad, compromisos e iniciativas suficientes, y esto se transforma en un problema para las empresas. Por otro lado, las propias empresas deben reconsiderar su forma de gestión y ver cómo repartir la labor entre las diferentes generaciones que van generando, cada vez más frecuentemente, una tensión en el entorno laboral. Respecto a quienes van en pos de un empleo habrá que tener en cuenta el que esas personas tienen la libre opción entre quedarse a trabajar en Bulgaria, o bien, optar por emigrar, entre dedicarse a empresarios o bien no trabajar en absoluto.

Actualmente en el mercado laboral hay cinco generaciones que difieren radicalmente entre sí por sus expectativas y su motivación para trabajar. Se trata de los tradicionalistas, los de la generación del baby boom –nacidos en los años 50– y las generaciones “X”, “Y” y “Z”.

En el mercado laboral las tres generaciones más numerosas son las del baby boom, la “X” y la “Y”, dice Vasileva. Los del baby boom pretenden trabajar más años, son tradicionalistas, disciplinados, de buena formación. No está claro si son éstas las cualidades que de ellos esperan los empleadores .En cambio las generaciones “X” y “Y” tienen una motivación diferente, se preparan para correr una peculiar ultramaratón, necesitan de una mayor libertad para cambiar de velocidad en las diferentes etapas, procuran lograr compaginar el trabajo con las tareas en sus hogares porque saben que trabajarán hasta cumplir los 80 años de edad y, quizás, más años.

Los requisitos actualmente vigentes en el mercado laboral comprenden también el estudio y conocimiento de lenguas extranjeras debido al número creciente de los centros de atención al cliente y una buena formación en el terreno de las ciencias ingenieriles, la informática y las finanzas. Sin embargo, según Nadia Vasileva, la adquisición de conocimientos en su forma actual ya se ha vuelto anticuada.

Urge un cambio radical, adquirir titulación universitaria en forma acelerada, en consonancia con la demanda de los empleadores que no tienen tiempo para esperar 4 o 5 años hasta que uno concluya sus estudios universitarios. Hay que implementar formas de educación, para jóvenes y adultos por igual, emplear nuevas tecnologías que redunden en un aumento del empleo y se correspondan con la edad. Con la asistencia de los empleadores y de las instituciones del sector de la Educación, las personas deben orientarse del trabajo a la formación y viceversa, deben ir acumulando experiencia, estudiar durante toda la vida sin que por esto sean interrumpidos sus ingresos. De esta manera habrá una demanda permanente de tales personas en el mercado laboral.

Versión en español por Mijail Mijailov