El objetivo de los terroristas es dividir el mundo en cristiano y musulmán y provocar una guerra. No debemos permitir que nos dividan, y la manera de impedirlo es sólo una: manteniéndonos juntos.

El paquistaní Saif Rehman no oculta su ira contra los terroristas de Bruselas. En su vocabulario para ellos existe solo la palabra: “bestias”, y añade que erróneamente se les llama musulmanes ya que el Corán ordena: "No matarás!"

Saif Rehman llegó a Bulgaria en 1994, camino a Europa Occidental, con la intención de quedar poco tiempo, para, al final, afincarse en este país tal vez de por vida.

Es un ciudadano ejemplar de corazón compasivo; introdujo a Bulgaria el deporte aristocrático del cricket y estableció el primer club. Durante muchos años jugó y entrenó atletas novatos de forma gratuita.

En los últimos años enseña el atractivo juego a niños con discapacidades, de nuevo gratuitamente, porque lleva el cricket en la sangre y porque no puede resignarse a ver la gente en la calle volver los ojos a la vista de un niño diferente.

Aparte de todo esto, tiene su propio restaurante paquistaní.

Puesto que no es el único musulmán que se ha integrado con éxito en la sociedad, Saif Rehman no puede conformarse con que el buen nombre de gente como él sea manchado y que se le ponga bajo un denominador común con los terroristas que se inmolan en las capitales europeas.

A los atentados en Bruselas se les relaciona con el Islam pero ellos no tienen nada que ver con la religión –dice Saif Rehman. Perpetrados ya sea por el Estado Islámico (EI), por los talibanes o el Al-Qaeda, son obra de personas viles que no merecen vivir. En mi opinión, un hombre que mata a otro hombre no es un ser humano. El propio Corán prohíbe el asesinato y el suicidio. Seguramente podría enumerar al menos cien puntos sobre lo que veta el Islam pero las “bestias” infringen todas las prohibiciones. Es necesario ver dónde está el problema, por qué personas que nacieron en Europa Occidental se convierten en terroristas suicidas; nacieron allí, estudiaron allí, tienen amistades locales y compañeros en las universidades. ¿Por qué se permite que estos jóvenes vayan a Afganistán o al EI para ser entrenados en terrorismo? Hay que explicar a la gente que esas personas nada tienen que ver con el Islam. Lamentablemente, a causa de estas “bestias” sufrieron ciudadanos musulmanes de a pie.

Tras los ataques en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, Pakistán ha dado 70 mil víctimas al terrorismo, recuerda Saif Rehman.

Como resultado de estas estadísticas, su país ha elaborado leyes muy severas y para entrar en la prisión basta con solo propagar terrorismo verbal.

Según el paquistaní, Europa también debería adoptar una legislación implacable priorizando la seguridad de los ciudadanos.

Saif Rehman considera que Europa debe ayudar a los migrantes que huyen de la guerra en su tierra natal y, al mismo tiempo, reforzar la vigilancia con respecto a las personas que entran en los países comunitarios.

Hace falta ayudarles pero también debemos tener en cuenta que con ellos pueden venir también “monstruos”. Hay que tener cuidado y prevenir el tráfico de personas. Los migrantes deben entrar por los puestos fronterizos y pasar por controles. Desafortunadamente, la mayoría de los terroristas son nativos, jóvenes nacidos en Bélgica, Francia, Inglaterra.

Al final de la conversación, Saif Rehman recuerda una historia divertida que ocurrió el día de su llegada a Bulgaria. En aquel entonces en el país no había taxis amarillos y él subió en un automóvil Lada que tenía una lámpara grande en el techo. Admiró los dos “chóferes” uniformados aunque no conseguía entender por qué le gritaban con tanta insistencia empujándole fuera del coche. Finalmente todo se aclaró: había irrumpido en un coche de policía y los agentes no le querían allí.

Hoy medio en broma, medio en serio Saif razona…

¡Cómo han cambiado los tiempos! En 1994, un hombre del Tercer Mundo, un musulmán, subía solo en un coche de la policía y los policías no le querían. Ahora es todo lo contrario: en cuanto ven a alguien del Tercer Mundo, y especialmente a un musulmán, los policías se detienen al instante y comienzan a jalarle al coche.

Versión en español por Daniela Radíchkova