Desde tiempos inmemoriales la gente busca el secreto de la armonía espiritual. Dos jóvenes han unido fuerzas en un proyecto abierto a aquellos que desean equilibrio interior. Venda Bespalova es músico profesional. Estudió en la Escuela Nacional de Música Liubomir Pípkov, y más tarde en la academia Pancho Vladiguérov, con especialidad en violín. Su espíritu aventurero la impulsó a mostrar la belleza del instrumento ante un público completamente distinto, a saber, los escenarios de los clubs.

Durante este año 2016 Venda decidió adentrarse en territorio desconocido lanzando “Violin Live Flow”, yoga con acompañamiento de violín en vivo. Durante las sesiones, que se desarrollan en el estudio de yoga Amara, Venda improvisa cada vez temas distintos con música ambient, chill out y lounge. En la conversación cuenta cómo empezó esta inusual colaboración centre ella y la directora del estudio, Nadezhda Dineva.

“Me reuní con Nadia. Fue idea mía, un desarrollo de mi proyecto. Decidí que quería meterme en el yoga y mostrar la belleza del violín en el círculo espiritual de la gente. Es una improvisación total, tanto lo tocante al violín como a la práctica del yoga. Cada vez se obtiene algo diferente, no hay forma de que se repitan las sesiones. Es algo único porque no se encuentra en nosotros. Después de algunas conversaciones con Nadia, quedó patente que esto se hace en otras partes del mundo, especialmente en la India. La inspiración vino de alguna forma desde el interior. La gente está muy interesada y constantemente aumenta el número de participantes. Hay algunos que no han faltado a una sola sesión, y la opinión general es que se sienten muy bien”.

“Con el proyecto “Violin Live Flow” conseguimos expresarnos de forma sincera, pura y libre”, afirma Nadia, y explica que entre los diversos instrumentos tradicionales que son parte de las clases de yoga en la India, el violín también está presente. Ella misma es profesora diplomada, y esta es la historia de su transformación espiritual:

“Llevo haciendo yoga desde los 15 años, pero siempre me ha interesado todo proceso que tenga que ver con el auto descubrimiento. Antes trabajaba como empleada en un banco, estudié Economía, pero no me satisfacía lo que hacía. En un momento me tomé un descanso para descubrir qué podía hacer con lo que me sintiera a gusto. Así nació elproyectoAmara, sinpreparaciónalguna. Fue muy espontáneo y con mucho amor. Y heme aquí cinco años más tarde haciendo esto con Venda, con lo que me siento muy entusiasmada. Me alegra que podamos dar a la gente algo que ofrece un punto de vista distinto sobre el yoga y la música clásica”. 

La palabra “amara” viene del sánscrito y significa eternidad. Ya desde el principio de estas sesiones Venda y Nadia se sorprendieron al descubrir que la mayoría de participantes nunca había hecho yoga antes, pero decidieron empezar precisamente con ellas. “El yoga combina el entrenamiento físico con la relajación de todo estrés de la vida cotidiana”, explica Nadia, y añade:

“Este proyecto es adecuado para todo el mundo. Cualquiera puede unirse, por la sencilla razón de que para esta práctica específica no seguimos normas concretas. La idea es escuchar a nuestros sentidos, relajarnos y dejarnos llevar por el flujo de los sonidos del violín. Los movimientos son como un reflejo de lo que sale de nosotros. No es necesario tener preparación o experiencia, sólo deseos de algo diferente y estar abierto a experimentar”.

Versión en español por Marta Ros