Hace dos años fue cerrado y después declarado en quiebra el Banco Comercial Corporativo, cuarto banco más importante de Bulgaria, propiedad del hombre de negocios y banquero búlgaro, Tsvetán Vasilev. Ya en aquella ocasión, tanto el Banco Central como la Fiscalía acusaron del saqueo del banco a su accionista básico y jefe principal aduciendo datos que éste había repartido entre empresas y ciudadanos pero, sobre todo, entre compañías propias, parientes y amigos de él préstamos sin los avales indispensables y con la conciencia clara de que aquel dinero nunca sería devuelto. Fue comprobado que faltaban más de 2.000 millones de euros del banco. En virtud de la Ley de Garantías de los Depósitos fueron pagados más de 1.500 millones de euros a más de 100.000 depositantes para lo cual se contó también con la asistencia del Estado, que tuvo que contraer una nueva deuda del exterior, ya que en el Fondo de Garantías de los Depósitos no había tanto dinero.
El banquero dueño del banco, Tsvetán Vasilev, era persona muy acaudalada y muy influyente, cuya opinión era atendida incluso en las altas esferas del gobierno y en las sedes de los partidos políticos principales. A consecuencia de esta red extensa de contactos y relaciones manifiestos y velados, y bajo la presión de las decenas de miles de depositantes perjudicados, la misión de revelar la verdad, y eventualmente de contribuir a la recuperación de los créditos debidos, fue asignada a una firma extranjera especializada. Se presumía que por tratarse de una compañía conocida de renombre internacional el caso sería investigado en forma más competente e imparcial y que no sería influenciado por diferentes grupos de presión empresarial y política en Bulgaria. Fue escogida una compañía británica de competencia y experiencia demostradas en la investigación de enmarañados casos financieros. Estos días se ha hecho público el informe de la misma sobre los problemas en el Banco Comercial Corporativo.
Los pronósticos pésimos y las sospechas más sombrías han resultado completamente fundados. Esgrimiendo argumentos y aduciendo datos, la Alix Partners ha llegado a la conclusión de que el culpable principal por la quiebra del banco ha sido su accionista principal, Tsvetán Vasilev. Ha resultado que de la cuantía de más de 2.000 millones de euros que faltaban en el banco, de 1.300 millones se habían apoderado personalmente el banquero y empresas del mismo. Simplemente el que fuera declarado hace algunos años Banquero Número Uno de Bulgaria había hecho uso de su banco propio como si se tratara de su cartera personal. ¿Algo hay que comprar? Pues he aquí dinero del banco-cartera. Simple y seguro, ya que en la práctica por encima del banquero no estaba nada, ni nadie capaz de controlarlo. De hecho, en teoría sí había, y es el Banco Nacional de Bulgaria. Pero mientras todo el mundo veía cómo se iban cerniendo los negros nubarrones sobre el Banco Comercial Corporativo y cómo se iba desmoronando por la cabeza el coloso de pies de barro, el Banco Nacional no se cansaba de asegurar despreocupadamente a través de los medios informativos que la banca en el país se encontraba estable y que no había ningún tipo de problemas capaces de amenazar los depósitos de ciudadanos y empresas.
Luego, de repente, el Banco Nacional se sobresaltó y se puso a inventar historias de novelas policíacas de trama financiera sobre sacos de dinero que se habían sacado del banco, etc. Resultó que en ambos casos los directivos del Banco Nacional, o bien desconocían la verdad, o bien se inventaban unas historias tremendas. No por casualidad el jefe de la supervisión bancaria tuvo que comparecer ante la Fiscalía, mientras el gobernador del Banco Nacional abandonaba su puesto sin pena ni gloria y con el nombre manchado.
Mientras tanto, el dueño del saqueado banco emigró sigilosamente al extranjero. Desde hace casi dos años las autoridades búlgaras se vienen esforzando por extraditarlo, y Tsvetán Vasilev no deja de justificarse y de acusar por la bancarrota de la entidad financiera a adversarios políticos y medios informativos hostiles.
Durante todo este tiempo, los síndicos del banco quebrado están trabajando infatigablemente procurando lograr que al antiguo banco sea devuelto el mayor número posible de los créditos otorgados. Los expertos independientes británicos no se muestran optimistas en este sentido y estiman que apenas unos 400 millones de euros de todas las deudas se puedan recuperar algún día. Obviamente, no forman parte de esta cuantía los 1.200 millones de euros del patrimonio personal de Tsvetán Vasilev, ex jefe del Banco Comercial Corporativo, reclamados por la Comisión de Decomiso de Bienes Ilegalmente Adquiridos.
El Banco Nacional de Bulgaria ya tiene nuevos directivos, pero el Banco Comercial Corporativo es ya inexistente. Tampoco existen conmociones financieras y todo en la banca nacional debería ser sereno y en orden. Sin embargo, serán los resultados de las pruebas de resistencia bancaria a las que estos meses el Banco Nacional someterá a todas las instituciones crediticias los que mostrarán si esto es realmente así.
Versión en español por Mijail Mijailov
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