Poli Guénova y su canción “If Love Was Crime” (Si el amor fuera un crimen) trajeron a Bulgaria el cuarto puesto en la recién acabada 61ª adición del Festival de la Canción de Eurovisión. Este es el máximo éxito para nuestro país en la historia del concurso. Anteriormente, sólo una vez, en 2007, Bulgaria consiguió entrar en la final y posicionarse quinta gracias a Elitza Tódorova y Stoyán Yankulov “Stundji” y su tema “Agua”. Poli ya se había presentado en el escenario de Eurovisión, incluida su versión Junior, en otras ocasiones –sola o como integrante de grupos– , y el año pasado fue presentadora de la 13ª Eurovisión Infantil, de la que Bulgaria fue anfitriona.

Este año, los ganadores del concurso fueron determinados por medio del llamado doble voto: en cada país participante votó un jurado profesional y a los puntos otorgados por éste más tarde se sumaron los de los telespectadores. Tras una disputada contienda entre Rusia, Ucrania y Australia por el primer puesto, la representante ucraniana, Jamala, se hizo con el galardón con una canción basada en la historia real de su bisabuela, que es la de todos los tártaros expulsados de Crimea durante el gobierno de Stalin. La cantante australiana de origen coreano, Dami Im, quedó segunda, y el representante ruso Serguey Lazarev, tercero. Así, por el resultado obtenido, Bulgaria es en la práctica primera entre los países de la UE.

En la votación, la representante búlgara recibió apoyo más importante de la ERY de Macedonia –un total de 20 puntos de los dos votos– , como también de la tele-audiencia de Chipre y de España, que le concedieron los 12 puntos máximos. Esto mejoró de manera significativa el resultado final. A la clasificación de Poli aportaron también Eslovenia, Francia, Irlanda y Malta; el jurado profesional de estos cuatro países valoró a la búlgara con 10 puntos. Los búlgaros auparon a la canción rusa pero Rusia no dio ni un punto a Bulgaria.

Días antes de la gran final y durante el concierto, las redes sociales se pusieron, literalmente, al rojo vivo de publicaciones, comentarios e información de todo tipo sobre la competición y la participación búlgara en la misma. Músicos búlgaros consagrados, actores, deportistas y periodistas no dejaban de apoyar a Poli y su equipo.

Al alto voto de los televidentes contribuyó, sin duda, el de los búlgaros en el extranjero (el reglamento de Eurovisión no permite a los espectadores votar por su propio país por correo electrónico o teléfono registrado en el territorio de éste); gran número de compatriotas residentes en otros países escribían en los foros y en los sitios de charla en línea cómo se realiza el voto e instaban a votar. La opinión general en el espacio virtual, que realmente tuvo un papel unificador, rezaba: independientemente de si te gusta el estilo impuesto por Eurovisión, si apruebas el reglamento que determina la canción ganadora y la votación, independientemente, inclusive, de si eres admirador de Poli y su música, es importante que todos los búlgaros apoyen a esta chica sonriente y osada porque ella lo merece.

Gracias a su pasión, al profesionalismo y al maravilloso equipo que la respalda, Poli Guénova logró granjearse la simpatía de millones de personas en todo el mundo y ganar otro voto positivo para Bulgaria.

Versión en español por Daniela Radíchkova