Hasta ahora, toda persona que en Bulgaria deseaba comprar gas natural, para usarlo en su hogar o en su negocio, debía recurrir a los servicios de la compañía estatal Bulgargas o de la privada Overgas. Ambos proveedores estaban comercializando gas ruso y casi no había competencia entre los dos, puesto que habían pactado, ya en forma manifiesta o tácita, la repartición de los segmentos del mercado.
Desde comienzos de julio ya no es así y el gas puede ser adquirido directamente de la vecina Grecia y, próximamente, también de Rumanía y Ucrania. Simplemente ya ha sido autorizada la instalación en el mercado de nuevos comerciantes suministradores, y los usuarios no se interesan especialmente de dónde precisamente se les suministrará el gas natural que necesitan. Una empresa mediana de construcciones mecánicas de la meridional ciudad búlgara de Jáskovo ha sido la pionera del libre comercio tras comprar a un proveedor internacional importante cantidades simbólicas de gas griego simplemente para tantear el mercado.
Los expertos en este país comentan que se trata de suministros y transacciones virtuales porque, simple y llanamente, el gas que de momento es adquirido de Grecia no proviene de ese país, sino que es recogido del gasoducto que cruza por el mismo y surte el vecino país del sur. De manera que en la misma forma en que sean virtuales las transacciones, serán reales las cantidades del comprado gas griego.
De momento, no está muy claro en Bulgaria cómo será el porvenir del comercio internacional con gas, ya que el sistema de transportación de gas en el país sigue siendo propiedad estatal, de la compañía monopolista Bulgartransgas. En relación con esto, incluso ahora, las autoridades de Bulgaria siguen enzarzadas en un conflicto violento con Bruselas que insiste en la privatización de estas instalaciones y en el acceso a sus tuberías de otros proveedores. Bulgaria, a pesar de estar amenazada por sanciones del orden de 300 millones de euros, una cuantía enorme para sus modestas capacidades financieras, se aferra a mantener el control estatal, considerando los gasoductos como elementos de la seguridad nacional estatal.
Hay también otroaspecto borroso en lo tocante al futuro del mercado libre del gas en Bulgaria. Se trata de los precios y del ejemplo que ha dado la supresión de regulaciones estatales en el mercado de la corriente eléctrica. Las nuevas fuentes de combustible azul deben ofertar condiciones financieras más ventajosas a los usuarios ya que, si no, éstos no tendrán alicientes ni razones para renunciar a los servicios de sus contrapartes actuales. Es que esto no está seguro puesto que, en la práctica, todos los proveedores se surten únicamente del gigante ruso Gazprom que no establece distinciones especiales entre los diferentes países a los que Bulgaria podría comprar gas. Además, la liberalización del mercado del fluido eléctrico ha puesto de manifiesto que si realmente cabe esperar ciertos beneficios para los usuarios finales aquéllos llegarán dentro de un período de tiempo indeterminado .Se ha visto, además, que desbancar a los monopolistas existentes es tarea ardua y lenta. O sea, la liberalización de determinado mercado de energía no se puede hacer con una varita mágica, capaz de resolver los problemas instantáneamente y de la forma óptima para todos.
No obstante, la liberalización de los suministros de gas natural le viene como anillo al dedo al primer ministro, Boyko Borisov, en persona, para la materialización de uno de sus proyectos predilectos y más ambiciosos. Se trata del hub gasístico en la costa del mar Negro que oferte gas, conforme el principio del libre comercio, a todos los países menos o más alejados de Europa Central y del Este. Hasta ahora una de las incógnitas de mayor peso en torno a este futuro centro repartidor de gas eran las fuentes para alimentarlo con las cantidades indispensables de gas. Es que sin mercancías no hay mercado, ¿verdad? Pues, bien, ahora se van abriendo nuevas oportunidades tanto para los comerciantes como para los usuarios y la competencia.
Versión en español por Mijail Mijailov
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