Por su voz estupenda, su repertorio original, su inteligencia y gusto artístico elevado, la cantante tradicional Olga Borisova forma parte de los exponentes más destacados de la canción folclórica nacional. Para la tradición musical de la zona de Kiustendil , ella es dechado de un estilo certero espiritualizado por su talento brillante. Olga forma parte de las personas que han nacido para el escenario. No sólo posee dotes para el canto de cámara y coral, sino que tiene una presencia escénica recordable y está agraciada con una hermosura física muy frecuentemente comparada con las madonas búlgaras en los cuadros de Vladimir Dimitrov, El Maestro, ilustre artista del pincel búlgaro.
Puedo decir en una frase resumida que la canción tradicional me lo ha dado todo y me lo ha enseñado todo. Es que lo que nuestro pueblo ha creado como cantos, como creatividad, es genial e imperecedero. En los largos años de mi trayectoria artística, viajando por el mundo y difundiendo en todas partes la canción folclórica nacional, he vivido instantes en que me he sentido orgullosa de ser búlgara, de pertenecer a un pueblo genial por sus creaciones. No hay ni un solo día en que no dé las gracias al destino por haberme obsequiado con tamaño regalo. Me siento muy feliz de haber encontrado el camino correcto para mí en la vida.
Olga Borisova ha recorrido un camino increíble desde su aldea natal de Zhilintsi, en la región de Kiustenil, hasta los escenarios mundiales de Europa, EE.UU.,Asia, África.
Cuando estudiaba en el décimo primer grado en el liceo de Kiustendil me dedicaba también al teatro, en mis sueños juveniles ansiaba llegar a ser una actriz dramática. Sin embargo, al concluir el décimo primer grado recibí una carta de Gueorgui Boyandzhiev, redactor jefe de música tradicional en la que me invitaba a participar en un concurso. Me sentí infinitamente sorprendida porque hasta aquel momento no había salido de Kiustendil y viajar a Sofía me parecía como viajar a París, algo inalcanzable. Ya no me acuerdo de cómo tuve la valentía de subir al tren, llegar a Sofía y personarme en Radio Nacional. El concurso se organizó en 1960 y en él había 250 candidatos. Participé, me aprobaron y fui admitida al Conjunto de Canciones Folclóricas de Radio Nacional de Bulgaria. La radio se convirtió en mi segundo hogar. Tenía buena voz, pero cuando me incorporé al conjunto me di cuenta de que eran muchas las cosas que no podía hacer, que no podía cantar en el seno de un coro. Boris Petrov fue el primer director. Fui conociendo gradualmente la riqueza y las sutilezas del canto coral. Hay gente que se cree que la canción tradicional búlgara es algo muy simple. A estas alturas voy a citar al destacado cantante folclórico Yovcho Karaivanov, quien, al celebrar su 50 cumpleaños, dijo: “La canción folclórica búlgara no es simple y no es para gente simplona”. La certeza de aquellas palabras la he comprobado en mi vida.
Son imborrables los recuerdos que Olga Borisova ha tenido de sus numerosas giras por el mundo como integrante del coro “El Misterio de las voces búlgaras”.
Nunca olvidaré cómo en Toronto, Canadá, estábamos en el aeropuerto esperando al avión que nos llevaría a Bulgaria. Habíamos tenido una gira de gran éxito, el público no nos dejaba abandonar el escenario. Pues, estábamos sentados cansados en la sala de espera cuando se nos aproximo un hombre muy apuesto. Nos encaró silencioso, hizo una profunda reverencia y nos dijo: Vds. pueden ser el honor de cada institución. Resultó ser un catedrático canadiense que había visto la noche anterior una actuación nuestra por la televisión y estaba fuertemente impresionado. Nos sentimos muy, pero muy felices.
Actualmente, el folclore ya no es lo que era. Olga Borisova dice: En los últimos años han cambiado muchas cosas. No tengo nada en contra de cualquier tipo de música, pero los valores se han desplazado en cierta manera. Antes, en cada casa de ultura había conjuntos de aficionados a las canciones y los bailes folclóricos, que contaban con sus trajes y sus instrumentos. Durante un período de tiempo esto se perdió, pero últimamente me he vuelto a sentir esperanzada al ver que se organizan festivales folclóricos en todo el país a los que me invitan para formar parte del jurado. A comienzos de julio estuve en Kiustendil para el Festival Internacional “Pautalia”.Vi a chicos y a jóvenes muy talentosos entre los participantes. Esto me da tranquilidad y refuerza mi convicción de que el folclore búlgaro sigue siendo viable y no morirá. El folclore búlgaro es una de las cosas con las que hemos dejado pasmado al mundo. He visto a gente del público en las primeras filas durante nuestros conciertos, eran extranjeros que al escucharnos se ponían a llorar. Al comienzo estuve asombrada, pero luego me di cuenta de que de nuestra canción tradicional se desprende una energía increíble. La música es un lenguaje universal, no necesitas de intérprete o mediador para entenderla.
Versión en español por Mijail Mijailov
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