Recientemente la ciudad de Vratsa, en el noroeste de Bulgaria, acogió un foro internacional dedicado a la empatía como una vía capaz de cambiar la imagen de la sociedad. El foro internacional de cambio social mediante la empatía en el este de Europa que busca posibles visiones para el futuro se celebra por tercer año consecutivo. “Empatheast”, o sea “empatía del este”, es un intento de hacer frente a la creciente radicalización, la sensación de miedo en las sociedades y su encierro en “globos de la verdad”, tanto en Bulgaria como en el resto del mundo. El foro apunta a crear puntos cruciales entre las diferentes generaciones, entre la ciudad y el pueblo, el centro y la periferia, y hacernos recapacitar estos vínculos de una manera nueva. La ciudad que acoge el foro no fue elegida por casualidad. El noroeste de Bulgaria es la región más pobre y menos poblada de Europa. Yanina Taneva, organizadora del evento, dice:
La imagen de la región como la más pobre y la más problemática, como la concibe la mayor parte de las personas, nos provocó a reunir gente práctica que ha logrado encontrar soluciones a todo tipo de problemas en el mundo y en Bulgaria. Queríamos conversar con estas personas sobre el potencial de la región y tratar de crear una nueva idea del noroeste de Bulgaria. Allí viven magníficos jóvenes y hay valiosos recursos naturales e históricos. La otra causa es que en Vratsa vimos el apoyo y la necesidad de los jóvenes de la realización de un foro de cambio social.
Durante “Empatheast” sucedieron muchas cosas interesantes. Uno de los acontecimientos que suscitaron gran interés fue Katapult. Su objetivo era que las ideas del cambio social fueran presentadas a las personas de la localidad que se dedican al emprendimiento social. En el marco del foro fueron apoyadas tres ideas vinculadas con la región alrededor de Vratsa. ¿Cuáles son?
Una de las ideas es que se diseñe una ruta en los alrededores de la aldea de Chelopek. Se trata del sendero descrito en la obra literaria Una Búlgara, de Ivan Vazov, el sendero que utilizaba la abuela Iliitza (personaje real de la época del dominio otomano búlgaro que ayudaba a los rebeldes búlgaros). De este modo los escolares podrán conocer su historia, sus familiares y ver que no era una protagonista literaria, sino una persona real. Las otras ideas tienen que ver con el acceso a la cultura en las aldeas búlgaras. A pesar de que las aldeas son guardianes de las tradiciones búlgaras el acceso que tiene la gente que vive allí a la cultura moderna, al cine o a la música, es muy insatisfactorio. Uno de los proyectos distinguidos incluye reuniones de artistas con niños y ancianos de los pueblos.
¿Dónde está el lugar de la empatía? Su falta se nota en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Se ve en el alejamiento y en la falta de diálogo entre las personas. La respuesta lógica es la creación de unas relaciones y lazos en diferentes niveles de nuestra vida. Así ayuda la empatía.
Hemos logrado atraer al club de los consejos escolares de Vratsa. Ellos son nuestros voluntarios que fueron la columna vertebral del acontecimiento. Son menores de 14 a 17 años de edad que aprovecharon los conocimientos y la experiencia de gente práctica de distintos países y vieron cómo puede ser nuestro país, nuestra comunicación y la calidad de las relaciones entre las personas. Creo que en esto hay sentido.
Al final de nuestra conversación Yanina nos deseó lo siguiente:
Estamos excelentemente preparados para el ayer pero para estar preparados para el mañana lo que debemos hacer es abandonar nuestros miedos y escuchar a los demás. El miedo nace allí donde no hay información y conocimiento. Lo que está claro es que no hay dónde escapar y el mundo no ofrece más alternativas. Por esto forjemos un Estado en que hay relaciones humanas de buena calidad, no nos mintamos y sigamos adelante sin miedo y con entendimiento.
Versión al español de Hristina TasevaLos búlgaros de Besarabia son una parte “indisoluble del cuerpo búlgaro, de la comunidad búlgara espiritual y cultural. Persistirán ya que el lazo entre ellos y nosotros es inquebrantable”, se señala en el único número del periódico Besarabia búlgara..
La vida de los búlgaros en la República Checa es muy ajetreada. Trabajan en masa en distintas fábricas, el trabajo es por turnos, el cansancio se acumula y la gente no quiere viajar a la capital un domingo sólo para poder votar. Así explica Irena..
La jornada electoral en Reading, al sureste de Inglaterra, transcurre con calma. Se espera que voten unas 300 personas y en el único colegio electoral de la ciudad se puede votar sólamente en papel. Es la segunda vez que este colegio electoral cambia..