En el Museo Nacional de Historia ha sido inaugurada la muestra “Recrear lo ya creado”. Están exhibidos magníficos bordados búlgaros, vestimenta y joyas de épocas pasadas que se conservaron hasta nuestros días. Réplicas de antiguos trajes típicos multicolores de diferentes regiones del país están presentadas en tamaño reducido. Antoaneta Ivanova, comisaria en el museo, cuenta al micrófono de Radio Bulgaria:
Los bordados son característicos sobre todo de los delantales, los vestidos y las camisas. Los encontramos también en los cinturones. Los trajes que podemos apreciar en la muestra son réplicas en tamaño reducido elaborados por Antonia Veleva en los años 80 del siglo pasado que trabajaba como restauradora en nuestro museo. Las crónicas del viajero Felix Kanitz le sirvieron de base para la elaboración de los trajes, así como los lienzos del pintor Iván Markvichka. Los trabajos de María Veleva, una de las mejores etnólogas que trabajaron en este ámbito, fueron utilizados como una excelente base de información sobre la vestimenta de la búlgara de otrora. Están exhibidos trajes de las regiones de Pleven, Sofía, Stara Zagora, el noroeste de Bulgaria, los Ródopes, Bansko y otras partes del país. Hemos exhibido muñecas vestidas de trajes típicos en que se pueden apreciar los bordados originales.
Por primera vez los visitantes pueden ver la reconstrucción de un específico modo de llevar el pañuelo. Se trata de una toca especial característica para las mujeres casadas en la región de Gabrovo, Triavna, Veliko Tarnovo, Sevlievo y Kilifarevo. Consta de un soporte de madera y un pañuelo blanco que por lo general está ricamente bordado. Además, los visitantes podrán ver otra alhaja específica que tiene la forma de semicírculo y está adornada con elementos metálicos, por ejemplo pequeñas monedas. Las raíces de estos adornos para la cabeza están en los trajes de los zares y de los boyardos del Segundo Reino Búlgaro. La suegra regala este adorno a la nuera, es decir, es un símbolo de la continuidad entre la madre y la mujer joven que entra en la familia. Cuanto más adinerada era la familia del novio tanto más lujosas eran las joyas que se regalaban a la nuera.
Los pañuelos que llevan las mozas también son bellos pero no son tan multicolores como los de la mujer casada. Lo otro que se puede ver es el bordado especial típico de los mandiles. Además, tenemos bordados característicos solamente de las camisas, de las mangas o los vestidos femeninos.
Desde luego, durante las fiestas se podía ver una gran diversidad de bordados y ornamentos. Entonces las mozas vestían con gran alegría trajes variopintos que ellas habían cosido y bordado para lucirlos mientras protagonizaban la ronda típica joró.
Versión al español de Hristina Taseva
Fotos: Veneta Pavlova y BGNES
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