El tercer día después de Navidad, el 27 de diciembre, el mundo ortodoxo rinde homenaje a la memoria de san Esteban, protomártir del cristianismo. Fue consagrado diácono por los discípulos de Jesucristo, y tal como lo hicieran ellos sanaba a los enfermos con sus manos. Inspirado por la fe, san Esteban se convirtió en archidiácono (servidor principal) de la comunidad cristiana de Jerusalén, y asistía a las viudas y los necesitados. La comunidad estaba organizada de manera tan justa que los judíos tuvieron envidia y calumniaron a san Esteban ante el Sanedrín, acusándolo de blasfemia contra Moisés y contra Dios. En el Sanedrín, el santo rebatió todas las acusaciones contra él y denunció la incredulidad de los judíos, aduciendo ejemplos de toda la historia del pueblo judío desde Abrahán hasta el rey Salomón. Los judíos no pudieron soportar las palabras finales del santo y lo entregaron a la muchedumbre, que lo lapidó. Cuenta la leyenda que la Santa Madre de Dios y san Juan el Apóstol observaban la muerte del mártir y rezaban fervientemente por él. Muriendo, san Esteban pidió al Señor que perdonara a sus enemigos.
El recuerdo de la muerte por martirio del santo se fue desvaneciendo con los años, y apenas a finales del siglo IV, después de que se sus reliquias fueron descubiertas, su memoria fue resucitada como modelo de caridad y paciencia.
Según fuentes armenias y latinas tempranas, la Iglesia venera la memoria de san Esteban el 26 de diciembre, después de la Natividad del Señor. Más tarde, en Bizancio, la Iglesia designó el 26 de diciembre para honrar a la Virgen, trasladando la conmemoración del santo al 27 de diciembre. La festividad de san Esteban es inseparable del nacimiento del Salvador.
El nombre del santo lleva uno de los símbolos sagrados del espíritu búlgaro: la Iglesia de Hierro de San Esteban, en Estambul, cuya historia está relacionada con la lucha nacional por la independencia de la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Esta lucha fue iniciada en los años 30 y 40 del siglo XIX.
El templo ortodoxo búlgaro en Estambul es una basílica cruciforme, de tres naves y bellos ornamentos, construida con elementos de hierro. El altar da al estuario Cuerno de Oro, y sobre el nártex se yergue un campanario de 40 metros de altura. La Iglesia de Hierro fue construida a finales del siglo XIX cuando la comunidad búlgara en Estambul sumaba 50.000 personas. Su solemne consagración fue realizada en 1898 por el exarca José I el día de la Natividad de María, el 8 de septiembre.
En la tradición popular, el Día de San Esteban (en búlgaro, Stefanovden) “cierra” el ciclo de las fiestas navideñas. El día se celebra con solemnidad por todos. Las familias se reúnen alrededor de la mesa llena de platos de carne como, por ejemplo, chucrut con carne de cerdo y banitsa (pastel de hojaldre) con carne. Este día los jóvenes visitan a sus padrinos de boda y de bautizo y a los parientes de mayor edad. Además, es el día en que festejan su onomástica las personas que llevan el nombre de Esteban, en búlgaro Stefan, Stefana, Stefka, Venko, Stoyán, Stoyna, Stoyko, Stoíchko, Stoímen, y todos los nombres derivados de éstos.
Versión en español por Daniela Radíchkova
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