El año pasado habíamos planeado 15 eventos, y tuvimos como invitados a 37 artistas búlgaros. Fue tarea tan difícil de realizar que decidí renunciar e incluso anuncié que era la última edición del Festival –dice Zlatina– . Entonces, la organización era de mayor envergadura pero, lamentablemente, el Festival no recibió ningún apoyo aunque había posibilidad de una amplia campaña mediática por la Presidencia búlgara del Consejo de la Unión Europea. Pero esto ya es pasado. Este año, nuestra Embajada en Bélgica nos apoyó mediante un programa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria, lo cual nos permitió cubrir al menos una parte de los gastos. La actual edición transcurre en un marco más limitado pero intentamos confeccinar un programa variado con dos enfoques principales: el cine y los eventos orientados a los niños. Seleccionamos algunas de las más recientes películas búlgaras. En la inauguración, mostramos la cinta El Omnipresente, del realizador Ilián Dzhevelekov, la apuesta búlgara para los Óscar. Debido al gran interés tuvimos que organizar otra proyección más. El segundo enfoque es algo que nos gustaría hacer siempre. En Bélgica hay una comunidad búlgara muy numerosa. Sin embargo, los niños están aíslados de la cultura búlgara y existe el riesgo de que crezcan sin un sentimiento de pertenencia e identidad culturales, y en una etapa posterior esto crearía problemas en el desarrollo personal. Así que tratamos de organizar tantos eventos como sea posible con temas infantiles. Este año invitamos al teatro de la ciudad de Burgás con la obra *Tumba–lumba, un magnífico espectáculo sin palabras, basado en la mitología y el folklore búlgaros, con música, danza y marionetas. Vinieron a verlo también muchos extranjeros. El segundo espectáculo del Teatro de Burgás, titulado Las Princesas y el Dragón, también fue muy concurrido y tuvimos que repetirlo. Los niños están muy contentos y realmente necesitan de este tipo de eventos. El programa del Festival incluía, asimismo, lecturas literarias y música. Este año, casi todas las películas y espectáculos estaban subtitulados en inglés, y el público era muy variado: había belgas, así como extranjeros que trabajan en las instituciones europeas locales. Clausuramos el Festival con la película Heights (sublimación), basada en la novela homónima de Milén Ruskov, del director Víctor Bozhinov. Nuestro festival no es únicamente una oportunidad para reunirse con la cultura búlgara, sino también es un lugar para comunicarse y conocer a nuevas personas, lo cual, a su vez, genera ideas para nuevos eventos búlgaros.
*Expresión que imita el sonido del tambor o, en sentido figurado, (como sust.) significa jolgorio, boda
Versión en español por Daniela Radíchkova
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