Denka y Pétar Gueorguíev fundaron su pequeña empresa familiar hace once años en la aldea de Isperíjovo, en la porción occidental del maziso Ródope. Anteriormente, habían cultivado árboles frutales en sus huertos. Debido a la fertilidad del suelo de sus parcelas, en cierto momento la producción creció tanto que decidieron procesarla y luego comerciarla en el mercado.
Las cosas se fueron arreglando de manera muy curiosa –rememora los inicios Pétar– . Participé por casualidad en un proyecto financiado por el Ministerio de Trabajo y Política Social del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Ganamos el proyecto e hicimos un secadero, pero para mantener exitoso un negocio de temporada no basta sólo con realizar el deshidratado de las frutas. De modo que decidimos empezar a producir dulces de frutas y jarabes. Fuimos ampliando nuestro negocio de forma paulatina, ya que invertíamos principalmente nuestros propios fondos. Se necesita cabeza dura, imaginación y perseverancia, porque este trabajo requiere tiempo y hay que poner muchos esfuerzos y energía.
Las parcelas del matrimonio están dentro del área protegida NATURA 2000, por lo cual Denka y Pétar se dedican al cultivo de frutas orgánicas de gran variedad como fresas, cerezas, manzanas, peras, ciruelas, así como diversas verduras.
Las ganancias de un negocio o una empresa dependen de la amplia gama del surtido −dice Pétar− . Procuramos recuperar antiguas recetas autóctonas, todo lo que preparaban nuestras abuelas, sin conservantes ni otros aditivos. Hemos empezado a producir dulces de frutas sin azúcar, con miel de dátiles. Para nosotros lo más importante es la comida de calidad. Mi esposa y yo nos sentimos muy contentos cuando agregamos a nuestra gama de artículos un nuevo producto. Ya ofrecemos jarabe de hierba de San Juan y bálsamo de limón, y cuando termine la cosecha planeamos vender jugos naturales.
Las frutas y hortalizas secas, las mermeladas, los jarabes y los dulces de frutas, las mixturas de verduras deshidratadas y pulverizadas para sopas, hechas especialmente para niños, son productos que responden a la creciente demanda de alimentos saludables por parte de los consumidores, pero también amenizan la preparación de la sabrosa comida casera.
En los estantes de Denka y Pétar hay también mermeladas y jarabes de sabor no convencional, como la confitura de pimiento picante −acompaña bien al queso blanco de oveja o al kashkaval (queso amarillo) − .
Originalmente, la receta era con pimientos molidos, pero nosotros decidimos no triturarlos para que la gente vea lo que consume. La confitura de chile picante es muy solicitada y goza de gran éxito, como también nuestra mermelada de pasas y ron. En un inicio, agregamos ron a nuestro dulce de cerezas para darle un sabor más inusitado. Por supuesto, el contenido de alcohol en estos productos es muy bajo, lo suficiente para darles un sabor diferente. Tenemos clientes fieles, además hacemos entregas a domicilio. También suministramos a tiendas de productos alimenticios en dos ciudades. Nuestra red de clientes se va expandiendo.
En Sofía, el matrimonio ofrece su producción en el mercado de los agricultores, que se organiza como parte de un programa de cooperación búlgaro-suizo.
Versión en español de Daniela Radíchkova
Fotos: Darina Grigorova
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