Una tormenta de granizo de media hora de duración azotó gravemente la ciudad de Chervén Briag en la noche del 1 de julio. Los pedazos helados de hasta 140 gramos de peso se fueron descargando a una velocidad de al menos 100 kilómetros por hora, según ha expresado el climatólogo Gueorgui Rachev. La calamidad se vio recrudecida por vientos extraordinariamente fuertes. Según el climatólogo, el nubarrón de granizo era tan grande que no se podía fragmentar con misiles antigranizo.

El alcalde de la ciudad de Chervén Briag ha manifestado ante Radio Nacional haber convocado una reunión de la Comisión para Desastres y Accidentes. Se han abierto líneas telefónicas directas para avisar sobre daños causados. Casi todos los coches en la ciudad han sufrido impactos del granizo, han sido perforados los techos de la mayoría de los edificios, se han producido cortes en el suministro eléctrico por cables rotos y hay árboles desarraigados.