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Niños discapacitados, listos para el éxito gracias a buenos entrenadores y padres

Foto: fapabbs.eu

Boyán, un niño de 15 años de Sofía, es de los niños que se crían y consiguen apañárselas en la vida con Síndrome de Down. Ha superado las facultades de la mayoría de los chicos de su edad y ha sido medallista en reiteradas ocasiones en Emil Open, los Juegos Europeos de Jóvenes Discapacitados. En septiembre de 2020 el chico retornó a Bulgaria de Los Juegos Europeos para Jóvenes de dificultades motoras y mentales, celebrados por novena vez en Brno, Chequia. Los niños búlgaros que participaron conquistaron en esos juegos 6 medallas de oro, 5 de plata y 3 de bronce afrontando la reñida competencia de representantes de doce países.


“Esto se logra con mucho trabajo y perseverancia, a la vez que con la colaboración de un gran número de entrenadores deseosos de trabajar en este terreno. Desgraciadamente, en Bulgaria el deporte se mantiene relegado a un segundo término y, además, nadie se cree que pueda ser practicado por esta categoría de menores −dice entrevistada por Radio Nacional de Bulgaria Borislava Vándova, madre de Boyán−. El deporte ayuda a los niños a desarrollarse y es correcto que en cualquier centro de atención a tales niños también existan posibilidades para practicarlo. Hay que contar con un mayor número de especialistas que cobren sueldos del Estado, y no dejarlo todo en manos de voluntarios. Las sesiones de entrenamiento tienen, al menos, tres horas diarias de duración y se suelen practicar al término de la jornada de clases. Además, los entrenamientos que el entrenador ha asignado como tarea continúan en casa y el resultado va llegando con perseverancia. Así, de tener un hijo con un problema mental y absolutamente dependiente de la ayuda externa, he pasado a tener un hijo completamente autónomo, que es capaz de afrontar por sí mismo los problemas en la vida”.


En la escuela de deportes en que se entrena Boyán todos los jóvenes son deportistas de élite que se preparan para lograr altos logros deportivos. Acuden a esta escuela sin ninguna preparación, faltos incluso de las habilidades más mínimas para relacionarse unos con otros, y algunos de ellos también se muestran agresivos. Tras las reuniones y el trabajo con los entrenadores no queda ni rastro de tales estados anímicos.

“Estos niños se han convertido en estupendos atletas que hacen grandes esfuerzos por ser deportistas auténticos e insertarse plenamente en nuestra sociedad. Llegan a establecer contacto incluso con deportistas de otros países, se plantean objetivos elevados, los persiguen y bien saben que tienen de qué sentirse orgullosos −comenta en Radio Nacional de Bulgaria Slav Petkov, presidente de la Federación Balcánica Actividad Física Adaptada, que se dedica a fomentar las capacidades deportivas de personas con necesidades educativas especiales−.

Slav Petkov

El proceso con este tipo de deportistas es arduo, requiere mucha paciencia y serenidad. En Bulgaria, las personas que atienden a niños con discapacidad se pueden contar literalmente con los dedos de una mano. El problema estriba en la falta de información en cuanto a que ocuparse de esos niños no es una labor falta de atractivo, y que sólo hay que ser algo más paciente al atender a menores de edad con problemas mentales. El deporte es una de las formas óptimas para la socialización de esos niños. A la política en este ámbito le falta eficacia, ya que el deporte no está suficientemente promocionado. Por ello hay que promocionar no sólo el deporte, sino también todos los servicios sociales ofrecidos a las personas con necesidades especiales”.

Además de desempeñarse en la esfera del deporte, la Federación Balcánica “Actividad Física Adaptada” desarrolla un gran número de actividades con las que se cultivan hábitos laborales en los menores, y desde 2019 trabaja en un proyecto europeo dedicado a niños y jóvenes de necesidades especiales. La Federación ha creado asimismo la primera confitería social, llamada La Casita, en la que los jóvenes aprenden a comportarse con plenitud. Los contactos sociales suponen para ellos mucha importancia, y esta pastelería es una oportunidad que no tienen todos los menores en Bulgaria.

Adaptado por Guergana Máncheva en base a entrevistas de Tania Lúbenova

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: fapabbs.eu, Fаcebook /Slav Petkov, Borislava Vándova



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