“No todo empieza de cero, comienza por la ciudad de Kula, primero” suelen decir bromeando los habitantes de Kula, la ciudad situada en el extremo noroccidental del país. Y agregan, sin faltarles fundamento para ello, que Bulgaria empieza justamente por la localidad de Kula, situada en vecindad al puesto de control de frontera con Serbia, Vrashka Chuka. Es el primer núcleo población en el territorio búlgaro tras cruzar uno la frontera con Serbia. Toda persona que va de camino por Kula se detiene en el centro de la ciudad para fijarse en su emblema, que es la vieja torre que le diera nombre a la villa, pues, "kula" significa torre en español. La antigua instalación había formado parte del castro romano antiguo Castra Martis (Fortalezas de Marte).
La fortaleza, construida en los siglos III al IV, vigilaba y custodiaba la importante vía romana que iba de Bononia (la actual ciudad de Vidin) a Singidunum (la actual Belgrado). Fue edificada en el lugar de un antiguo asentamiento tracio del primer milenio antes de Cristo. A fines del siglo IV, los godos causaron graves desperfectos en la fortificación y, después de ellos llegaron los ávaros, que la dejaron casi totalmente arrasada.
De la Castra Martis de antaño sólo se ha quedado una de sus torres defensivas.
“La torre forma parte del llamado cuadriburgo, o sea, un conjunto de cuatro torres de vigilancia, todas allas muy altas, de 18 a más de 20 metros −dice Tsveletín Tódorov, del Ayuntamiento de Kula−. Una parte de la torre sobrevivió tras la destrucción de la fortaleza. Nunca se le hizo una restauración y así sobrevivió en esta su forma hasta nuestros días. En vecindad inmediata a la torre se encuentra un museo de historia en el que se exhiben objetos descubiertos e excavaciones arqueológicas en la zona”.
Se pueden ver en la colección del museo también aperos agrícolas, enseres de canteros y de carpinteros, amén de otras herramientas, empleadas por los moradores de la fortaleza.
Las autoridades municipales se ha propuesto dar un impulso al turismo ya tal afecto se está trabajando en proyectos de cooperación transfronteriza con las vecinas Rumanía y Serbia. “Hay el territorio de nuestro municipio nueve aldeas, algunas de las cuales, en el pasado, quedaban en Serbia, tenemos también habitantes valacos. Por todo esto nuestros hábitos, costumbres y folclore son muy específicos”, explica Tsvetelín Tódorov.
En 2016, en la zona céntrica de Kula abrió sus puertas la llamada Casa Etnográfica que presenta el patrimonio cultural dela zona por medio de más de un millar de muestras, donadas por los nativos. El objeto más antiguo es un molino de piedra manual de a finales del siglo XVII.
Los vecinos de Kula se sienten orgullosos con su cocina, concretamente con una mezcla de condimentos fragantes. Han dedicado a ella nada menos que un festival organizado cada primavera en Éniovden, que coincide con el Día de san Juan Bautista, al que acuden visitantes de ambos lados de la frontera para transformarlo en una multicolor festividad gastronómica y folclórica:
“Esta mezcla de condimentos la forman ingredientes concretos como la sal, la ajedrea, la pimienta roja, la pimienta negra e hierbas curativas, que se combinan de diversa forma. Otro fórmula culinaria conocida en esa región búlgara es la del “sofrito de Kula” en el que el huevo es fundamental pero se le añaden también pimientos, ortiga, hortalizas más otros productos de fabricación casera”, destaca Tsvetelín Tódorov.
En Kula hay una galería de artes, instalada en la casa natal del Prof. Alexándar Póplilov, ilustre artista del pincel y antiguo rector de la Academia de Bellas Artes de Sofía. ”Todos los años organizamos plein airs en los que participan estudiantes de la academia que suelen dibujar nuestras casas y recrear en sus cuadros tradiciones locales. Los cuadros óptimos pasan a formar parte de la colección de la galería “, cuenta Tsvetelín Tódorov.
Kula se encuentra en proximidad al remarcable fenómeno de la naturaleza, que son las Rocas de Belogradchik, un verdadero imán para los turistas, y a la hermosa ciudad danubiana de Vidin. Todo ello es una premisa para visitas de un buen número de turistas.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: bulgariatravel.org y cortesía del Ayuntamiento de Kula
Con sus viejas casas, las empinadas calles que serpentean por la montaña y los muros de piedra que guardan secretos centenarios, Kovachevitsa es uno de los pueblos búlgaros más bellos y románticos. No hay visitante que no quede fascinado por el encanto de..
En el tercer trimestre del año viajaron como turistas 1 millón ochocientos ciudadanos búlgaros, informó el Instituto Nacional de Estadística. El 72,3% de ellos realizó viajes dentro del país, el 20,8% al exterior y el 6,9% tanto al interior como al..
El río Yantra nace en las montañas de la cordillera de los Balcanes (Stara Planina), a 1 220 metros sobre el nivel del mar, y desciende hacia el norte, serpenteando por pintorescos valles y desfiladeros, atravesando las ciudades de Gabrovo y..
Con sus viejas casas, las empinadas calles que serpentean por la montaña y los muros de piedra que guardan secretos centenarios, Kovachevitsa es uno de los..