Se le llama Sboryánovo (nombre que en español significa "lugar de reunión y congregación"), y lo ostenta a justo título ya que desde milenios había sido lugar de reunión de distintas civilizaciones y etnias, que han dejado a la posteridad más de 140 monumentos de la cultura. Algunos de ellos están explorados, estudiados, restaurados y se encuentran accesibles para los turistas. Otros, sin embargo, siguen siendo sendos enigmas para la ciencia y no dejan de enardecer la imaginación de estudiosos y viajeros.
En el año 1934 un arqueólogo húngaro, el Prof. Féher Géza (1890-1955), sentó el comienzo de las primeras excavaciones arqueológicas en la zona. Mientras estaba explorando varios túmulos en las inmediaciones de la aldea de Sveshtari, en el noroeste de Bulgaria, el arqueólogo húngaro descubrió exquisitas aplicaciones de oro, que hoy día forman parte de la exposición montada en el Museo de Historia de Ruse. No obstante, el punto de inflexión se produjo en el año 1982 cuando un grupo de exploradores descubrieron la llamada Necrópolis Real Tracia con Cariátides. Dieron en llamarla así puesto que las paredes de la cámara sepulcral central estaban cubiertas de imágenes en relieve de diez cariátides, símbolos de la Gran Diosa Madre.
”La necrópolis fue construida en el siglo III antes de Cristo para ser la morada eterna en el más allá de un soberano de los getas, y su esposa”, dice María Nikoláeva, subdirectora de Museo de Historia de la ciudad de Isperij, y agrega:
“Se comprueban en la necrópolis soluciones arquitectónicas muy interesantes asociadas a la creación de un recinto lateral, el aligeramiento de las bóvedas y la combinación entre un ornato plástico y otro artístico, siendo esta decoración una auténtica obra maestra. Lo anterior ha sido motivo para declarar esta necrópolis, a los tres años de su descubrimiento, monumento del Patrimonio Cultural Universal bajo la égida de la UNESCO. En 2022 se cumplen 40 años del descubrimiento de la necrópolis”.
La necrópolis real tracia se encontraba intramuros de la Helis, la capital resplandeciente de la tribu tracia de los getas. Según algunos de los estudiosos, en necrópolis habría recibido sepultura el rey de los getas Dromiquetes. En el siglo III a.C. el terremoto devastador arrasó la ciudad. De la magnificencia de otrora de Helis han sobrevivido fragmentos de sus atas murallas, como también vestigios de dos importantes túmulos, con restos de copiosos sepelios.
Hoy en ese lugar se perfila la silueta de uno de los túmulos funerarios más altos en Bulgaria, conocido como el Gran Túmulo de Sveshtari. Los arqueólogos han descubierto en él una tumba del siglo IV a.C.
“En el año 2012 fue descubierto en este túmulo un tesoro de oro, integrado por 264 objetos, alhajas y aplicaciones, de un peso total de 1,8 kilogramos. Iban colocados en un cofre de madera que había formado un hueco en el duro terraplén del túmulo”, dice María Nikoláeva.
En el siglo XVI, sobre los vestigios de un santuario tracio, al que en la Antigüedad acudían para sus ritos los moradores de Helis, surgió una necrópolis de Demir Babá, gurú de los alianos, famoso por su sabiduría y dotes de curandero. Según la leyenda, el santo introdujo una mano en una roca, en un período de una sequía pertinaz y de la roca brotó un manantial milagroso, en las inmediaciones de la necrópolis, o türbe, dice María Nikoláeva y agrega:
“Este sepulcro, o türbe es una edificación de piedra, con antecámara y cámara sepulcral. En las paredes de aquélla y dibujos y numerosos textos en árabe que loan a Alí, a Mahoma, a Alá. En la cámara sepulcral está colocado el sarcófago de madera de Demir Babá en el que descansaban sus restos mortales. Llegan al sepulcro hasta hoy en día numerosas personas para rendir homenaje el santo. Le dejan sus ofrendas y le imploran salud y prosperidad”, concluye su relato María Nikoláeva.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Cortesía del Museo de Historia de Isperij
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