"Enviar ayuda militar a Ucrania requiere de una unidad política, pero también pública”. En estos términos se expresaba el primer ministro búlgaro al anunciar una campaña pública de recaudación de fondos en ayuda a Ucrania para la “compra de municiones”.
El llamado ha desatado una oleada de indignación y ha habido asimismo opiniones de que se trataba de una acción publicitaria de potenciación de la imagen del primer ministro, mientras las miradas de los analistas ya se dirigían incluso a unas elecciones anticipadas.
Slavi Trífonov, líder de Hay tal Nación, uno de los partidos de la coalición cuadripartita gobernante, calificó la idea de “tontería monstruosa”.
”Hay gente que se cree que hay que respaldar a Ucrania con cualquier tipo de ayuda, incluida la militar. Tal es también mi clara posición. Sin embargo, recolectar sueldos de la gente con la mediación de nuestros políticos de más alto rango, para donar este dinero a los ucranianos a fin de que se compren armas, es una señal ininteligible lanzada a la sociedad”, ha comentado en Facebook, Elisaveta Belobrádova, diputada de la alianza Bulgaria Democrática.
Una encuesta de Radio Nacional de Bulgaria ha puesto de manifiesto que las opiniones de los ciudadanos sobre la donación de fondos para Ucrania oscilan entre los dos polos diametralmente opuestos:
“Esta exhortación es natural y cada cual puede sopesar, conforme sus capacidades, cuánto dinero donar”, dice una ciudadana. ”Instar a las personas que aun trabajando apenas llegan a fin de mes a que hagan donaciones para una guerra y armas, es una vergüenza”, replica otra, ”Me opongo tajantemente. Le sugiero al primer ministro a que se dé una vuelta por las localidades menores de Bulgaria y sus tiendas. El Gobierno ha de hacerse bien la cuenta para evitar que el afecto del pueblo le provoque disgustos”, dice una mujer de la región meridional de Jáskovo.
La acción del presidente del Ejecutivo ha generado reacciones airadas e incomprensión también entre los representantes de la sociedad civil.
“¿Se habrá dato cuenta el primer ministro de que él encabeza un país en plena época de guerra y no al frente de una compañía emergente, fabricante de cucharas de café a base de cáscaras de aguacate?”, ha publicado en su cuenta de Facebook el mundialmente famoso animador Theodore Ushev.
Tampoco se hizo demorar la reacción de los voluntarios, quienes desde el comienzo de la guerra no han dejado de invertir su tiempo personal y fondos para socorrer a los refugiados ucranianos que llegan a Bulgaria.
Adelina Banákieva, militante cívica y una de estos voluntarios, ha escrito en Facebook: ”Un primer ministro no me puede reclamar a mí aportar más de lo que estoy aportando. Lo que le quiero preguntar a él es: ¿cuántas veces lo ha hecho él mismo?".
En un comentario para Deutsche Welle el politólogo Dimítar Cholakov califica las palabras de Kíril Petkov de "un intento de evadirse de la responsabilidad, endosando a los ciudadanos el fardo del poder. La necesidad de equilibrio, el afán se ser un árbitro no significan a priori una pasividad y molicie políticas, no significan la renuncia a ocupar una posición”.
La visita el 27 de abril de una delegación búlgara al frente con Kíril Petkov a Kiev, debería servir de catalizador de la posición de Bulgaria. La meta de la visita es comprobar sobre terreno las necesidades de una ayuda militar a Ucrania. No obstante, queda por ver si esta visita redundará en una aproximación de posturas entre los políticos sobre el delicado tema.
"La decisión sobre una ayuda militar a Ucrania significará en cuál de los bandos en el conflicto se alienará Bulgaria", opina contundente el Dr. Pétar Moskov, líder partidista y exministro de Sanidad. “No hay a todas luces una tal posición, y si la hay, es una postura a medias, castrada", dice el Dr. Moskov entrevistado por Radio Nacional. "El resultado que esto ha traído es que una de las partes en el conflicto nos ha tachado de “país inamistoso” en sus actas, en tanto que todos los demás se han dado cuenta de que no se puede apostar por nosotros en un momento arduo. El resultado de este Gobierno y de esta oposición en el país es que Bulgaria es una tierra de nadie, un terreno para la ruina, el bandidaje y los experimentos geopolíticos”.
Según el politólogo Evgueni Daynov, ”la conducta de mayor madurez en el seno de la coalición es la que ostenta la alianza Bulgaria Democrática, que, sin embargo, es una formación demasiado pequeña para poder fijar el rumbo de todo el país. Esta alianza no debería abandonar el Gobierno justamente ahora”, dice Daynov en Radio Nacional y augura: “Esta guerra lo está cambiando todo. En lo sucesivo, a todo político que se haya desempeñado como tal, o a cada personalidad pública durante la guerra, se le juzgará por lo que habrán hecho durante la época de la guerra. Porque aunque uno se empeñe en ponerse a salvo de los vientos de la guerra, éstos acabarán alcanzándole”.
“Sigo fuertemente reacio a que nos encaminemos a unas elecciones puesto que, de hacerlo, daremos una oportunidad al pasado en la persona del ex primer ministro Boyko Borisov, con ansias de poder. No obstante, si los gobernantes siguen empeñados en desplomarse ellos mismos, nadie podrá ayudar”, ha señalado Armán Babikyán, del Movimiento Ya venimos, en una entrevista para la emisora regional de Radio Nacional de Bulgaria en Plovdiv. “En cualquier gobierno hay numerosas minas, pero se da, asimismo, la desgana de tragarse un sencillo hecho: que no es obligatorio que gustes cuando estés en el poder y que lo que importa es que hagas las cosas correctas para tu país. En fin, uno está en el poder para trabajar y, además, hacer el trabajo arduo”.
Aunque han sido bastante menos numerosas, no han faltado expresiones de reconocimiento por la idea del primer ministro. Según el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitró Kuleba, ”esta idea pone de manifiesto la auténtica solidaridad de Bulgaria con Ucrania”.
Mientras, ha trascendido que Ucrania está esperando de Bulgaria entrega de armamentos y respaldo para su futura adhesión a la Unión Europea.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: BGNES, Ani Petrova, archivo personal
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