El Banco Mundial ha augurado una contracción del consumo a escala mundial, debido a la crisis desatada por la guerra en Ucrania y el varapalo al estado financiero de los países ricos. En medio de esta situación las expectativas de la sociedad búlgara apuntan a políticas adecuadas que prevengan a la población contra el empobrecimiento. Según el búlgaro Ivaylo Kalfin, director de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, ”no hay manera de conservar el estándar de vida de todo el mundo”. En la actual crisis el Gobierno puede socorrer a quienes no puedan aguantar este precio, para que no acaben “por debajo de la raya”, ha dicho Kalfin en Radio Nacional de Bulgaria.

La inflación en el país no deja de aumentar. En abril subió un 2,5 % frente a la registrada el mes anterior y, respecto a un año antes, ahora el búlgaro ve sus compras encarecidas en un 14,4 %. La gente se está preocupando al ver cómo cada día que pasa van mermando sus ingresos. En un intento por compensar este empobrecimiento, se vienen debatiendo desde hace una semana diferentes medidas para respaldar la economía nacional y a los ciudadanos búlgaros. Una parte de las mismas están siendo respaldadas por los empleadores y los sindicatos y hasta han redundado en una mitigación dela tensión en las protestas. Sin embargo, ha resultado problemática la legitimidad de las medidas proclamadas puesto que han sido anunciadas sólo por uno de los partidos integrantes de la coalición gobernante, Continuamos con el Cambio (CC), liderado por el primer ministro, Kíril Petkov, secundado por el ministro de Hacienda, Asén Vasilev.

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“No percibimos que el acuerdo de coalición se esté materializando en forma de una estrategia de gestión pletórica y que se esté cumpliendo. Todo se ha sumido en una niebla y las cosas han comenzado a ocurrir día por día”, ha comentado en este sentido el politólogo Lubomir Stéfanov, quien opina que brillan por su ausencia unas medidas a largo plazo, vemos medidas ”aquí y ahora”, que no tienen un horizonte, y no las vemos a “6, 12, 24 meses vista”, resume el politólogo. Ivaylo Kalfin incluso ha ido más lejos calificando la actuación de los partidos de la coalición gobernante de "comportamiento de niños en una tienda". Se están escuchando toda clase de deseos increíbles y cada uno pide cada vez más y más”.

¿Se estarán despertando deseos de un nuevo reparto de las cartas políticas, alentados por la superposición de crisis y la disparidad de los señales emitidos por la coalición en el poder?

“Tenemos un cambio de la élite política. La de ahora es una élite experiencia, que va aprendiendo sobre la marcha y por esto se va creando una sensación generalizada de incertidumbre”, ha comentado en Radio Nacional Dobromir Zhivkov, director de la agencia Market Links, quien ha presentado su sondeo demoscópico efectuado conjuntamente con bTV sobre la confianza de los búlgaros en las figuras políticas principales en la gestión del país. Se están acrecentando la ansiedad y el miedo a perder poder adquisitivo, pero la sociedad no ha madurado para ir a elecciones anticipadas, señalan los datos del sondeo

“La tendencia a la baja en la credibilidad de las instituciones y de las principales personalidades políticas en el país se viene comprobando también en el último mes. Esto se debe, básicamente, a varias crisis,que confluey para formar la tormenta perfecta. Estas tendencias e han venido manifestando principalmente desde el comienzo de la guerra y coinciden con los primeros meses de gestión del actual Gobierno, que, junto con el Parlamento, sigue perdiendo la credibilidad de los ciudadanos búlgaros”.

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De enero a abril de 2022 la confianza en la Asamblea Nacional ha bajado un 14 %, descendiendo del 22 al 8 %, y la del Gobierno se ha desplomado un 19 %, al bajar del 35 al 15 %. También pierde apoyo el primer ministro, Kíril Petkov. Expresa confianza en él el 17 % de los encuestados, y desconfía el 68 %. Según el sondeo, entre los partidos políticos vuelve a ocupar el primer puesto el partido GERB, del ex primer ministro Boyko Borisov, que hace un par de años había sido blanco de protestas multitudinarias. Si ahora se celebraran elecciones, votaría al GERB el 22,9 % de los encuestados. Se sitúan detrás el CC con un 16,9 % de respaldo, el Partido Socialista Búlgaro (BSP, por sus siglas en búlgaro) con un 11 %, el Movimiento por Derechos y Libertades (el partido de la minoría étnica turca) con un 9,3 % y el partido nacionalista Resurrección con un 8,6 % de apoyo.

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El BSP probablemente sea el único partido que ha sido capaz de proclamar lo suficientemente bien sus objetivos y tareas en este Gobierno. No obstante, hay una buena parte de su electorado que se está apasionando por el nuevo proyecto de Stefan Yanev, ex primer ministro interino y extitular de Defensa en el Gabinete Petkov, Bulgaria en Auge. Otra parte, que ha radicalizado su opinión, probablemente se esté decantando por el partido Resurrección”, ha comentado Velislava Táncheva, experta en Comunicación Política. A su juicio, los electores del BSP están dando el mentís a la aseveración de que las medidas sociales y la prosperidad económica forman el único argumento a la hora de optar por unas preferencias políticas en el momento presente, porque, pese al afán del BSP en el terreno social, este electorado se está defraudando y decantando por un comportamiento mucho más rusófilo, que vislumbra en Stefan Yanev y su partido.

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“Esto rebate, en la práctica, el hecho de que la nevera pueda ser el único argumento que valga a la hora de optar por preferencias políticas en estos momentos. La guerra, en cambio, sí es un factor y esto se observa nítidamente en os cuadros de los sondeos sociológicos. La caída de la credibilidad del Gobierno es vertiginosa desde fines de febrero a esta parte “, resume Velislava Táncheva.

Adaptado por Elena Karkalánova

Versión en español por Mijail Mijailov