“Estos refugiados, es mejor llamarlos sobrevivientes, fueron acogidos con cariño y compasión por el Gobierno y el pueblo búlgaro. En Bulgaria ellos encontraron un nuevo hogar, un lugar seguro donde vivir, organizar sus vidas, integrarse en la sociedad, desarrollarse y conservar su identidad nacional”, señaló durante la inauguración de la muestra el embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Armenia en Bulgaria Aren Edigaryan, patrono de la exposición.
La muestra se organiza por iniciativa del Consejo de coordinación de las organizaciones armenias en Sofía y su socio es la sede espiritual de los armenios en Plovdiv, la iglesia Surp Kevork.
“Mediante esta exposición los representantes de la comunidad armenia desean homenajear a sus ancestros y expresar su gratitud al Gobierno y al Estado búlgaros por haber acogido a sus ancestros en los años 20 del siglo XX. El recuerdo del duro camino hacia Bulgaria, la cálida acogida y su día a día en el país cobran vida gracias a los objetos que acompañaban a las familias en los retos y que se transmitían de una generación a otra”, dice Katerina Pavlova, curadora de la muestra.
Los visitantes pueden ver 70 muestras, la mayoría de las cuales son objetos personales, como un vestido de boda con un bordado excepcional, la ropa de un menor que falleció durante el viaje, una alfombra que utiliza una familia hasta hoy en día, distintos documentos: pasaporte de estancia no permanente, tarjetas de visita, fotografías familiares, así como objetos eclesiásticos.
“Cuando decidimos montar la muestra procedimos con muchas reservas porque se trataba de recolectar objetos que fueron traídos de nuestros ancestros hace más de 100 años. Afortunadamente tuvimos éxito. Algo muy pequeño, un libro o una foto, es un indicio de que alguien ha guardado lo que alguien le entregó por tener gran valor”, se ha dirigido a los presentes la señora Vartanush Topakbashiyan, redactora jefe del periódico Ereván.
Los objetos de la muestra van acompañados por las historias reales de 18 familias que huyeron del horror de la guerra y la imposibilidad de quedarse allí donde nacieron.
“Las historias nos dan la posibilidad no solo de conocer los objetos visualmente, sino aproximarse a los destinos de sus propietarios y a lo que sobrevivieron, dice Katelina Pavlova. Las muestras son interesantes por el hecho de que no han sido identificados como un valor cultual, sino que son reliquias traídas de las antiguas tierras armenias y conservadas a lo largo de las generaciones en los hogares armenios. Son símbolo de la gratitud de las generaciones actuales hacia la hazaña de sus abuelos, un recuerdo de lo que sobrevivieron para poder echar los cimientos de la comunidad armenia en Bulgaria”.
El invitado especial de la exposición Memoria fue el famoso cantante búlgaro Haigashod Agasyán, quien interpretó algunas obras que conmovieron profundamente a los presentes.
Versión al español de Hristina Táseva
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