La magia está estrechamente entrelazada con la cosmovisión y la vida de los antiguos búlgaros. Existen numerosos rituales para asegurar la fertilidad, librarse de enfermedades y atraer el amor. ¿Cuáles eran las creencias del pueblo búlgaro? ¿Qué personajes y objetos desempeñaban un papel importante en su vida cotidiana? A todas estas preguntas responde la exposición en el Museo Etnográfico Regional de Plovdiv y nos sumerge en este mundo tan misterioso y enigmático.
"La exposición "Hilos tejo y trenzo, alegría y tristeza entrelazo" está dedicada a la magia y lo mágico en la cultura popular búlgara, explica Bilyana Popova en una entrevista con Desislava Semkovska, de Radio Bulgaria. El título que hemos elegido no es casual. Está relacionado con la idea de los hilos de la vida y el destino humano. Siempre hay al menos dos hilos: el bien y el mal, la vida y la muerte, la alegría y la tristeza, los hechizos útiles y los dañinos".
La magia es un conjunto de acciones y rituales realizados con la creencia de que a través de ciertos medios y formas el hombre es capaz de influir en sus semejantes, en los animales y en las plantas. Los búlgaros conocían bien sus diversas caras:
"La magia curativa estaba relacionada con evitar el peligro de enfermedades o ahuyentarlas. La magia económica era de suma importancia y tenía como objetivo asegurar el resultado más favorable de cualquier actividad económica de la comunidad. La magia meteorológica trataba de influir en los elementos de la naturaleza" -dice Bilyana Popova- y para la magia amorosa, la moza recurría a menudo a la ayuda de una hechicera, en la creencia de que tras tomar pócimas especiales o rociar con agua hechizada las ropas del mozo, éste abandonaría a su amada y se enamoraría de ella".
Los personajes más importantes representados en la exposición son la hechicera y la herbolaria. El pueblo búlgaro creía que las hechiceras eran mujeres de un estatus fisiológico o social diferente al generalmente aceptado: ancianas, mujeres sin hijos, solteronas, viudas. Por lo general, estas mujeres se distinguían por tener una fea cicatriz en la cara, una mirada penetrante, una nariz larga y torcida.
"Cada hechicera posee sus propios objetos mágicos. Suelen ser un cuerno de animal, una ramita de una planta, una copa o una pluma negra de un pájaro. Ella hace hechizos dañinos en un hogar abandonado y tiene el poder de dañar a una persona sin tocarla, mediante determinadas acciones mágicas", nos cuenta nuestra interlocutora.
La herbolaria es una mujer que conoce el poder secreto de las hierbas y las plantas y así ayuda a la gente con sus hechizos útiles. En sus rituales, ella utiliza una pluma blanca de gallina, un viejo hueso de animal, una clase de centeno, tijeras, navaja, sal, carbones y piedrecitas traídos de la tumba de Dios. Y, por supuesto, conoce mejor que nadie los mensajes ocultos de las plantas que recoge en días y horas concretas del día y de la noche.
También son muchos los lugares mágicos en las casas de los antiguos búlgaros. El umbral es un lugar sagrado que marca el paso de un momento de la vida a otro. El hogar también es un lugar sagrado y no se hace magia a su alrededor. En la chimenea se colocan ramitas de plantas espinosas como protección contra el mal.
"De los objetos mágicos de la exposición nos hemos enfocado más en la ropa y las joyas, los objetos apotropaicos protectores: amuletos, talismanes y los objetos mágicos de la vida cotidiana de la gente -continúa Bilyana Popova-.- De la ropa para la moza, la camisa bordada, el delantal y el pañuelo de la cabeza son los apotropos más fuertes. Los pantalones bombachos son un símbolo del hombre. De los adornos, las hebillas tienen la función protectora más fuerte, porque protegen a la futura madre y a su futuro hijo. Los objetos cotidianos que también tienen una función mágica son la cuchara -símbolo de prosperidad y saciedad-, la cuera y la pértiga, la cadena en el hogar, el centeno. El bordado es también un símbolo protector contra los malos ojos, maleficios y malas miradas. Uno de los signos mágicos más extendidos es la mártenitsa, que protege al hombre y a los animales domésticos de mal de ojo y criaturas demoníacas".
Versión al español de Borislav Todorov
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