El 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Francofonía. En esta fecha se fundó en Niamey, Níger, la Agencia de Cooperación Cultural y Técnica, posteriormente nombrada como Organización Internacional de la Francofonía (OIF), de la que Bulgaria es miembro desde hace 30 años, tras incorporarse en diciembre de 1993. "Un fuerte gesto político", según Pierre Colliot, director del Instituto Francés en Bulgaria y consejero de Cooperación y Actividades Culturales de la Embajada de Francia:
"Esa decisión refleja el deseo del entonces presidente Zheliu Zhelev de llevar a Bulgaria, la nueva Bulgaria, a la escena internacional y eligió la Organización Internacional de la Francofonía".
Antes de convertirse en miembro de pleno derecho de la organización, Bulgaria se adhirió como observador en 1991, "poco después de la caída del Muro de Berlín y el fin de la era comunista", recuerda Pierre Colliot en una entrevista para Radio Bulgaria. "Hay una fuerte conexión con la visita realizada dos años antes por el presidente francés Francois Mitterrand y el desayuno conmemorativo en la embajada", el encuentro de Mitterrand con intelectuales y disidentes búlgaros, entre ellos el futuro presidente Zheliu Zhelev, el 20 de enero de 1989, un momento importante en los cambios democráticos que se produjeron.
Sin embargo, debemos admitir que la influencia francesa en Bulgaria se sentía incluso antes de la Liberación, especialmente en el ámbito cultural y educativo, y muchos búlgaros fueron a estudiar a Francia. Más tarde, las universidades francesas se convirtieron en el lugar preferido para la educación de la élite cultural, política y económica búlgara. Los primeros presupuestos estatales del Tercer Estado Búlgaro, antes de la introducción de la moneda nacional, estaban en francos.
La influencia cultural de Francia continuó incluso durante el régimen comunista.
"Hubo un periodo, en los años 50, en el que las alianzas francesas cerraron sus puertas, incluida la de Sofía, que tenía su sede en el edificio en el que estamos hoy. Fue construido para la Alianza Francesa en 1924 y se inauguró en 1925. A pesar de esta ruptura a nivel institucional, la lengua francesa se enseñaba incluso entonces y los profesores estaban muy bien formados", afirma el director del Instituto Francés de Sofía.
Con motivo del 30º aniversario de la adhesión de Bulgaria a la OIF, durante el mes francófono de marzo, el Instituto Francés ha preparado un variado programa, destinado sobre todo a estudiantes, "para mostrarles que la francofonía todavía existe", explica Pierre Colliot. Talleres teatrales y eventos musicales harán hincapié en la práctica del francés "vivo". "El desafío de leer" intentará "retar" a los jóvenes a abrir un libro escrito en francés. También están previstas reuniones del Grupo de embajadores de habla francesa (GAF - groupe des ambassadeurs francophones) con jóvenes francófonos de las escuelas búlgaras. Alumnos de 19 colegios "descubrirán que la francofonía no es sólo Francia, sino muchos países de todos los continentes".
Para la conservación y la difusión de la cultura francófona desempeñan un papel importante las comunidades que están fuera de Francia, tanto en los países francófonos como en los que se habla francés sin que éste sea su idioma nativo, como sucede en numerosos lugares de África. Sin embargo, hay muchas comunidades en países donde el francés no se habla de forma generalizada y "Bulgaria es uno de los ejemplos más llamativos", afirma Colliot.
¿Cómo preservar el multilingüismo y, con él, la diversidad en el mundo?
"Se trata de un acto político", afirma Pierre Colliot. "Por lo tanto, los gobiernos tienen que defender su idioma en las instituciones internacionales". "Es importante que los representantes de los distintos países hablen su propia lengua antes de hablar otra. Lo digo porque en Francia también tendemos a utilizar el inglés muchas veces porque es más fácil".
La segunda parte importante es la educación, añade Pierre Colliot: aquí la gran responsabilidad recae en la escuela y los directores, muchos de los cuales apoyan el multilingüismo en la elección de los planes de estudio; por último, pero no menos importante, el papel de las embajadas es importante para animar la enseñanza de diferentes lenguas.
En lo que se refiere a la iniciativa "Dime 10 palabras", que incluye exposiciones, talleres de lectura, escritura creativa y dictados basados en 10 palabras francesas que este año están relacionadas con el tiempo, Pierre Colliot también comparte cuáles son sus palabras clave:
"En primer lugar "el corazón", porque en Bulgaria la francofonía es una francofonía del corazón, es decir, una elección. La segunda palabra es "juventud", en la medida en que el Instituto Francés de Bulgaria es visitado sobre todo por un público joven, y los jóvenes son una baza importante para el país. La tercera es "belleza", porque Bulgaria es un país muy bello. Y, por supuesto, la francofilia, ya que está por todas partes de Bulgaria, de este a oeste y de norte a sur, con encuentros inesperados de francófonos por todo el país", concluye el director del Instituto Francés de Sofía, Pierre Colliot, en su conversación con María Stoeva, de la redacción francesa de Radio Bulgaria.
Versión en español de Borislav Todorov
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