Mustafa Karadayi, líder del Movimiento por Derechos y Libertades, calificó la declaración del fiscal general Iván Gueshev, en la que afirmaba que no dimitirá, como una "decisión personal". "Sin embargo, somos nosotros los que debemos llevar a cabo la reforma judicial, incluso con enmiendas a la Constitución", agregó él.

"La triste historia de una dimisión", ha sido el comentario lacónico de Ivaylo Mirchev, diputado de Continuamos con el Cambio - Bulgaria Democrática, en Facebook. "Es triste porque a través de las palabras del fiscal general se revelan los mecanismos mediante los cuales se gobierna Bulgaria", agregó, definiendo como su principal prioridad expulsar a los matones, a los dependientes y a los delincuentes de las instituciones y de la política.

"Lo que está ocurriendo ahora entre Gueshev y el resto de la metástasis estadounidense en Bulgaria es lo mismo que ocurrió en 1934 entre Hitler y Röhm en Alemania. Los hechos se conocen como la Noche de los Cuchillos Largos", escribió en Facebook Kostadin Kostadinov, líder de Renacimiento.

"Lo que estamos presenciando ahora con las declaraciones del fiscal general revela algo que la sociedad búlgara ya sabía: que existe influencia política o, al menos, intentos de influir en el poder judicial", afirmó Toshko Yordanov, de Hay Tal Nación. Según sus palabras, la extinción del modelo "GERB" está en marcha y las acusaciones de amenazas encubiertas demuestran que ya no existe "una fusión tan monolítica del poder político con el judicial".

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