Un jardín… En el camino, debajo de un viejo álamo - una mesa, puesta para la hora del té.
Con esta imagen pastoral comienza el primer acto de la obra clásica “Tío Vania”, de Antón Pávlovich Chéjov. Una obra maestra y una referencia del teatro europeo, que a día de hoy sigue erizándonos la piel. El tiempo es el protagonista de las historias de Chéjov, que viajan más allá de su época y de su lugar de origen. Este es un teatro de estados del ánimo, que proporciona al texto una vida propia, la cual depende de cada espectador. Lo demuestra la directora de teatro y profesora en „La Trobe University“ de Melbourne, Bagryana Popova, que lleva viviendo ya más de dos décadas en Australia y, enamorada de los formatos multidisciplinares, combina el lenguaje de arte dramático y el de la danza, con las dimensiones del espacio y del tiempo. Sobre esta base, Bagryana comienza a desarrollar su particular proyecto “Tío Vania” y consigue que esta obra clásica del teatro, literalmente, cobre vida, al usar como escenario la naturaleza australiana, hogares de particulares o un museo, y representarla en los tramos de día tal como se describen en el texto por el propio autor. Los próximos días 1 y 2 de septiembre, esta fusión del arte con la realidad actual, podrá ser experimentada también por el público búlgaro - en una casa de pueblo, en el pueblo de Krivina de la localidad de Svishtóv. Un lugar que nos hará viajar de nuevo por la delgada línea del tiempo…
“He escogido el pueblo de Krivina porque allí están mis raíces. Es el lugar natal de mi padre y es donde yo pasaba los veranos de niña, con mi familia. Aquella era mi idea de la vida de pueblo y allí nació, de alguna manera, la inspiración de echar a andar por el camino del teatro. Juegos hasta las tantas, la presencia de la naturaleza a mi alrededor y la manera en que se vivía en aquel entonces en el pueblo, allá por los años 60 y 70…este lugar rebosaba de belleza, de imaginación y de júbilo. Cuando empecé, hace nueve años, a desarrollar este proyecto y a poner esta obra en escena, era consciente de que todo había comenzado en mi infancia - y en Krivina.”
Los preparativos para el espectáculo le suponen a Bagryana un trabajo minucioso con los actores búlgaros, que dura tan solo unas tres semanas, según explica ella misma ante BNR. Los ensayos y la escenificación tienen lugar en una vieja casa tradicional búlgara, en Krivina. El espacio entero de este hogar, se convierte en “anfitrión” de diversas escenas de la vida de pueblo, repartidas en cuatro actos, tal como el propio Chejov los define. De esta manera, el público vivirá en su piel lo presenciado, a la par que los actores. La directora se basa en dos principios de trabajo: el llamado site-specificy el durational. En la obra, cada uno de los actos transcurre en un momento específico, en el curso de la trama. “Por ejemplo, el primer acto se desarrolla por la tarde, al aire libre, tomando el té. El segundo acto es más tarde, ya de noche. El tercer acto, ocurre de nuevo de día. Y el cuarto - en la noche del segundo día. Nosotros actuamos en las horas en que transcurre realmente cada acto y, así, la obra completa se acaba desplegando a lo largo de dos días”. Así lo explica Bagryana Popova, y añade que el método site-specific consiste en mantener una relación muy estrecha con el lugar y con el entorno natural:
“La finalidad de este método de trabajo es “abrir” la obra al lugar donde se representa. Que este se convierta en parte de ella y que el texto cobre vida en ese entorno particular. Esto se consigue mediante la adaptación de momentos concretos del texto. En este sentido, nuestro trabajo no consiste simplemente en traducir las palabras del ruso al inglés o al búlgaro, sino en traducir el lenguaje del año 1896, en este caso, al lenguaje del 2023. “Tío Vania” habla de la agricultura, de lo que significa vivir en un pueblo, y de lo que le supone a un profesor culturólogo jubilado el intentar vivir fuera de la gran ciudad. Habla de cómo se gana la vida una persona en el pueblo, viviendo solo de lo que le da la tierra. También es tratado el tema de la preservación de los bosques y de la naturaleza que nos rodea. Esta obra fue escrita en la actualidad de Chejov, y nosotros ahora la estamos adaptando a la nuestra. Mediante la actuación, tratamos de tocar todos aquellos temas, tan importantes en el día a día de los personajes de la obra, e intentamos sentir sus vidas en nuestra piel, para así transportar su problemática a nuestro tiempo y comprender enteramente su significado, en el aquí y ahora.
Algunos dirían que esto es “arte en su forma más pura”. La propia Bagryana se refiere a su obra como a “un proyecto de festival en proceso” y recuerda, orgullosa, la cálida respuesta del público las siete veces que fue representada su versión de “Tío Vania” en 2019, en el Festival de Adelaida. Ya son seis los lugares en toda Australia, que se han convertido en escenario de la obra. “Todos los propietarios de las casas donde hemos actuado, han accedido a colaborar sin pensárselo dos veces”, comparte con nosotros la directora. Sin duda, su original método de trabajo está reinventando este arte - que ha pasado a ser, más que un mero entretenimiento - una auténtica experiencia personal.
Bagryana describe este proyecto como una increíble aventura personal y creativa, y comparte que, después de este valiente experimento, volverá a su segunda patria, Australia, para dedicarse de nuevo a Chéjov y arrancar con los ensayos en torno a la obra “El jardín de los cerezos”, en la Academia de Melbourne.
Autor: Vesela Krasteva
Versión en español: Alena Markova
Foto: lamama.com.au, BNR
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