Zhasmina Panayótova es una búlgara que vive en Suecia desde hace 35 años. Se dedica a la traducción: es la primera intérprete jurada del sueco al búlgaro, y trabaja en el ámbito social, en el tribunal, en la policía, en el hospital... Pero, en su tiempo libre, la cámara de su teléfono la convierte en fotógrafa aficionada, con una gran sensibilidad para la belleza del mundo que la rodea. Y, sobre todo, de la naturaleza. Su cámara captura atardeceres nostálgicos, amaneceres bañados de esperanza y paz, el cautivador infinito del mar, con sus incontables matices, o esa naturaleza salvaje que tenemos a tan sólo un paso… árboles, flores, cigüeñas, garzas, libélulas, ciervos... Sus fotografías nos hacen soñar y nos motivan a contemplar. "Mis traducciones están relacionadas con situaciones bastante traumáticas, y por eso es que la fotografía se ha convertido para mi una vía escape de esa realidad", admite nuestra interlocutora.
El 1 de noviembre se inaugurará su segunda exposición individual en Suecia, que durará en torno a un mes, hasta el 26 de noviembre.
“La exposición se llamará “Miradas al mundo”. Tendrá lugar en el centro cultural de Varberg, una pequeña ciudad sueca de 36.000 habitantes”, comenta Zhasmina Panayótova. “La exposición estará colocada en el vestíbulo de la biblioteca y allí es donde mostraré 26 de mis fotografías, con la esperanza de traer algo de luz y calor en el mes de noviembre - que es el mes más oscuro del año aquí, en Suecia”.
Las fotografías representan principalmente la naturaleza sueca: bosques, flores, cisnes, mariposas pero, además, hace una reverencia a la ciudad que ha acogido la exposición: también se podrán observar vistas desde Varberg. "Estamos muy unidos a esta ciudad. Tenemos una casa de verano muy cerca de aquí, donde vamos a menudo", explica Zhasmina y añade:
"En esta exposición habrá una pequeña sorpresa. He decidido incluir tres acuarelas creadas por otra búlgara, Ani Dóykina, con quien somos amigas en Facebook, y que sigue mis fotos desde hace tiempo. Parece que mis imágenes la inspiraron y así fue como tuvo la idea de crear estas acuarelas. Tanto ella como yo, nos dedicamos a recrear la belleza que nos rodea, cada una a su manera. Ani me conmovió mucho con su iniciativa de recrear mis fotos, y quise devolverle el gesto. Fue una decisión espontánea - pensé que era justo que el público sueco también pudiera descubrir su talento".
Volviendo al tema de la exposición, en su nota de presentación los organizadores señalan que las obras de Zhasmina Panayótova son una especie de búsqueda de la armonía, el equilibrio y de nuevos horizontes. Así que, pregunto a Zhasmina: “¿Cómo de fácil es para un alma búlgara encontrar el equilibrio en tierras suecas?” Ella se ríe y deja la respuesta en manos de la naturaleza:
"Yo creo que es fácil. Creo que la naturaleza no tiene nacionalidad. Es universalmente bella dondequiera que se encuentre, y nos pertenece a todos".
La naturaleza es lo que la atrae irresistiblemente también en sus frecuentes visitas a Bulgaria. Por eso, no me sorprende que, al preguntarle en qué lugar de Bulgaria se siente más a en casa, ella responda:
"Hay lugares que siendo muy acogedores: cuando subo a la montaña, a Pirin, al Pico Negro de Vítosha…Allí me siento bien".
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