“En un mundo que se está dividiendo cada vez más el tomarnos de la mano se convierte en una oración silenciosa, una manera de estar juntos de nuevo”. Así comienza la descripción del proyecto Padre e hijo del fotógrafo Valeriy Poshtarov en la página web de la Organización Mundial de Fotografía. Durante una ceremonia oficial en Londres el 18 de abril, el proyecto fue condecorado con el primer premio en la categoría Retrato en el concurso para profesionales Sony World Photography Awards de la World Photography Organisation. Este año casi 400 000 fotos de autores de más de 220 países y territorios han participado en uno de los más prestigiosos concursos fotográficos creado en 2007. Las imágenes han sido valoradas anónimamente por un jurado especial.
Un año después durante la pandemia, Valeriy tomó esta fotografía sin tener energía y deseo de hacer algo más, pero las señales de nuestro día a día son inescrutables.
“Estaba frente a una casa en las afueras de Sofía desde donde salieron un hombre y una mujer y la mujer sostenía el retrato de un joven puesto en un marco. Primero pensé que iban a echarme de allí porque tomaba fotos de su casa. La mujer se me acercó y dijo: “Teníamos un hijo único que murió hace 8 meses. Mi marido desea que le tome una foto con él. Cuando esto sucedió, cuando mis pensamientos se realizaron en una situación con personas absolutamente desconocidas, descubrí el lazo entre nosotros, las personas. Incluso más allá de las relaciones entre un padre y su hijo. Me di cuenta de que estamos juntos en esta tierra por muy poco tiempo y tenemos la posibilidad de intercambiar energía. Este intercambio es la cosa que sigue emocionándome”.
Así en 2020 en una realidad de confinamiento y alejamiento de la vida normal Valeriy Poshtarov comenzó a rastrear las huellas de la proximidad. “Me sentí verdaderamente feliz de recorrer todas las 28 regiones del país y buscar en cada ciudad de Bulgaria padres e hijos”, cuenta para Radio Bulgaria el fotógrafo y reconoce que la propia búsqueda de los protagonistas para el proyecto es una parte sustancial del proceso.
“Muy raras veces vemos a padres e hijos que vivan juntos en la misma población o que tengan un verdadero lazo entre sí siendo ya personas mayores. Esto en sí no está vinculado solamente con las relaciones entre los varones en una casa, se trata del lazo entre las generaciones. Debemos encontrar el lazo entre ellos, lo que significa que podemos encontrar el lazo entre los valores. El tomarnos de la mano es este puente tan necesario.
En lo que se refiere a la fotografía, ésta no es un objetivo en sí, sino que es la expresión de un acto realizado en momentos compartidos y emocionalidad sincera que creo que se siente”, dice Valeriy.
Después de haber trabajado en varios países de los Balcanes, Georgia resultó el país en el cual Poshtarov tomó fotos durante más largo tiempo. Logró recorrer todas sus regiones geográficas gracias a su cooperación con National Geographic y financiación de la UE.
Desde el punto de vista puramente geográfico este proyecto se desarrolla con la idea de construir la idea de la identidad cultural que de alguna manera tiene sus rasgos en distintos lugares del mundo de una manera distinta y al mismo tiempo lleva una universalidad existencial. En gran medida veo las diferencias cuando trabajo en distintos lugares y éstas guardan relación con las premisas culturales. Como dije al tomarse de la mano un padre y un hijo esto significa que se comparten unos valores comunes y en los países donde hasta hace poco había conflictos es muy difícil para la joven generación que reconozca los valores de la generación anterior y que reconozca su futuro en ellos.
Creo que no nos damos cuenta, pero en Bulgaria por mucho que de hable de los vacíos entre las generaciones, éstas diferencias no son tan drásticas que en otros lugares del mundo. Si he de recibir una felicitación ésta debe ser por el trabajo en sí, por las fotografías como un logro no para mí, sino para las personas que se mostraron valientes, se tomaron de la mano y nos dieron este ejemplo. Si a un padre y a un hijo les resulta difícil tomarse de la mano qué decir del resto de las personas”.
A pesar de todo, la esperanza existe. “Creo que los humanos somos como unos puntos y al conectarlos podemos pintar el cuadro más bello de la humanidad”, dice Valeriy.
En estos momentos la exposición Padre e hijo puede ser vista en Tiblisi, en Georgia. Hasta el 6 de mayo todas las imágenes premiadas en el Concurso mundial están exhibidas en Somerset House en Londres y después la exposición recorrerá el mundo entero. En verano Padre e hijo será mostrada en una exposición individual en la ciudad italiana de Cortona y poco antes de esto Valeriy Poshtarov tomará fotos de la región que serán incluidas en ella.
Fotos del proyecto en gran formato serán exhibidas al aire libre en los próximos meses en Francia. En otoño el proyecto será exhibido en el marco de las tradicionales reuniones fotográficas en Plovdiv, en la Galería Municipal de la ciudad.
Fotos: Archivo personal de Valeriy Poshtarov
Traducido y publicado por Hristina Táseva
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