Hoy, 13 de junio, la iglesia ortodoxa en Bulgaria celebra la Ascensión de Jesús, cuando el Cristo resucitado ascendió al cielo para unirse con su Padre celestial. La gran fiesta cristiana cae siempre un jueves, cuando se cumplen 40 días de la Resurrección de Jesucristo. Este es el último día en el cual los cristianos ortodoxos se felicitan con las palabras “Jesucristo ha resucitado”. Durante estos 40 días el Salvador explicaba el sentido del Reino de Dios y del Verbo de Dios a sus alumnos. Les hablaba del descenso del Espíritu Santo, el tercer miembro de la Santa Trinidad. Al término de su misión salvadora, después de haber hablado una vez más con los apóstoles y con la Virgen María, Cristo los llevó al Monte de los Olivos, los bendijo y ascendió al cielo sobre una nube.

Los cristianos tempranos veneraban la gloriosa Ascensión de Jesucristo en una cueva en el monte y cuando el cristianismo fue proclamado una religión oficial, la iglesia comenzó a celebrar la fiesta entorno al siglo IV-V.

Los búlgaros denominan esta fiesta movediza el día del salvador ya que con la resurrección de Cristo termina el acto de la salvación humana. Según las creencias populares, en este día las almas de los difuntos que celebraban la Resurrección de Cristo vuelven al reino de los muertos.

Hay muchos templos ortodoxos en el país que celebran con solemnidad la fiesta de la Ascensión. Uno de éstos es La Ascensión de Cristo en la colina de Tsarevets.

Durante casi dos siglos en la colina de Tsarevets se encontraba el Patriarcado de Tarnovo, el logro más alto en la historia eclesiástica búlgara. El primer patriarca del Patriarcado búlgaro independiente que existió hasta el año 1416 era Joaquín de Tranovo y el último de los cinco patriarcas era el Patriarca Eutimio.

La Ascensión de Cristo se celebra con gran solemnidad en la aldea de Bov, en la Cordillera de los Balcanes. La aldea celebra el 818 año de su fundación. 

Por 19 año consecutivo en este día comienzan las celebraciones dedicadas a las dos aldeas, Bov y Gara Bov, que continúan hasta el Pentecostés. Este año el evento reúne a las familias de la campaña benéfica El hojaldre de mi pueblo.

“Amasen pan, tráiganlo para la fiesta y dónenlo a la futura iglesia Santa Trinidad, matricúlense en la lista de las familias, invitan los organzadores y agregan que todos los medios donados durante la subasta del hojaldre serán utilizados para la construcción de la futura iglesia: “Recibirán pan amasado con amor. Si vienen una vez querrán regresar a esta pequeña aldea que tiene una historia y leyendas muy interesantes”.

El barrio capitalino Lozenets también celebra la fiesta con una santa liturgia solemne en el templo Exaltación de la Santa Cruz.

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Después del mediodía en el jardín frente al templo los menores están invitados a presenciar un variado programa artístico que incluye la participación de grupos vocales infantiles, bailes, clases de maestría artística, talleres artísticos, talleres tecnológicos y un desfile de moda.

Fotos: tsarevets.eu, bov.bg, facebook.com/Bov1206

Traducido y publicado por Hristina Táseva