Los jubilados búlgaros viven en condiciones que no les permiten gozar plenamente de su vejez a diferencia de sus coetáneos en los países más desarrollados, opina el psiquiatra Vladimir Simov que lleva largos años ejerciendo su profesión en el extranjero y en estos momentos vive y trabaja en Francia. Recientemente fue publicado su libro El envejecimiento que busca los puntos cruciales de este asunto psicobiosocial basándose en más de 500 estudios y monografías extranjeras. A juicio del autor, lo que es de importancia sustancial para las personas de tercera edad por el mundo es su estatus económico. 

“Sobre el telón de fondo de lo que sucede en Bulgaria en estos momentos puedo decir que el jubilado búlgaro no envejece como debería envejecer tras haber trabajado tantos años por el bien de todos nosotros, sino que envejece de una manera humillante. Esto me duele muchísimo”, dice el Dr. Vladimir Simov. 

Hacia el año 2050 el número de la población que tiene hasta 18 años de edad y la que tiene más de 65 años será igual y entraremos en un callejón sin salida. ¿Qué vamos a hacer entonces con los ancianos en Bulgaria que no pueden permitirse bienes básicos como alimentos, calefacción, medicamentos, etc.? Vemos que en Bulgaria los medicamentos son muy caros. La Caja Nacional de Seguro de Salud asume estos gastos hasta cierto punto, pero en los hospitales se paga adicionalmente. Muchas veces a los ancianos se les niega un tratamiento porque son demasiado viejos”, dice el Dr. Simov. 

Según distintos estudios, los búlgaros cobran las más bajas pensiones no solo en la UE, sino en toda Europa. Únicamente los jubilados albaneses son más pobres que los búlgaros. La pensión media por antigüedad laboral y edad cumplida en Bulgaria para el año 2024 es de 500 euros. El jubilado típico búlgaro vive en pobreza. “Está en casa, se ocupa de los nietos, ayuda y no viaja”, dice Vladimir Simov y agrega:

“El búlgaro no es una persona que se deprime. Se adapta porque trata de obtener más con menos medios. En el búlgaro hay una vitalidad, él sobrevive. Pero esto no es suficiente sobre el telón de fondo de todo lo que veo en los países desarrollados, donde el Estado y las organizaciones públicas cuidan de las personas de la tercera edad. En Bulgaria hay programas formales para los ancianos promovidos por el Ministerio de Sanidad y otras instituciones, probablemente se implementa dinero europeo, pero prácticamente las personas no se benefician de ninguna manera. Esta es la verdad. Esta gente se siente abandonada por los políticos. Ellos buscan su lugar, se organizan solos para hacer su vida más valiosa”. 

La calidad del envejecimiento no está relacionada únicamente con la presencia de dinero. Depende del equilibrio emocional y el buen estado físico, afirma el psiquiatra. En primer lugar, recomienda la actividad física o paseos de una hora al menos 4-5 veces por semana, es decir quemar unas 3 000 calorías por semana. “Está comprobado que esto puede aumentar nuestra vida en unos 10 años”, dice el Dr. Vladimir Simov y agrega: 

“Las personas deben buscar distintas formas de pasatiempos colectivos como citas y reuniones. La interrupción de los contactos sociales conlleva un retraso cognitivo. Uno se aísla, se deprime y esto incide en sus funciones cerebrales. Se generan problemas con la memoria y la concentración. Además, se debe prestar atención a la alimentación, ésta debe ser equilibrada. En Bulgaria los adultos siguen alimentándose de manera poco variada, consumen más grasas, sufren déficit de vitaminas, ácido fólico y su cuadro hemático presenta desequilibrios”, señala el Dr. Vladimir Simov.  

Fotos: BGNES, Archivo personal 

Versión al español de Hristina Táseva