En un discurso dirigido al pueblo búlgaro, el jefe de Estado, Rumen Radev, ha anunciado que presentará una propuesta a la Asamblea Nacional para celebrar un referéndum nacional. La pregunta que planteará el referéndum será: "¿Están de acuerdo con que Bulgaria adopte la moneda única europea "euro" en 2026?".

El presidente ha señalado que no hay consenso sobre la determinación de Bulgaria para tomar la decisión estratégica de introducir la moneda única europea, ni sobre la fecha de su adopción. Faltan también los principios básicos de la democracia a la hora de tomar una decisión tan importante, dice convencido Rumen Radev:

"Hay valoraciones contradictorias en todos los niveles de la pirámide social: en la clase política, en los círculos de expertos y entre los ciudadanos. La inflación, la crisis de confianza en la clase política, la falta de una organización clara y de acciones convincentes por parte del Gobierno para garantizar el poder adquisitivo de los ciudadanos y la competitividad de la economía búlgara están incrementando la tensión en torno a los procesos relativos a la introducción del euro", subraya Radev.

En sus palabras, “unas instituciones de legitimidad críticamente baja son las que están tomando esta decisión estratégica de cara a nuestro futuro común, sin escuchar la opinión de los ciudadanos”. “Como presidente, estoy convencido de que la introducción de la moneda única europea puede y debe hacerse con un consenso nacional convincente. Con la convicción interna del pueblo, y no desestimando despectivamente su voluntad. Cada ciudadano búlgaro tiene el derecho de opinar en lo que a su dinero, su bienestar y su futuro se refiere”, subrayó el presidente, y añadió que este referéndum será una prueba del carácter democrático de la Asamblea Nacional y que demostrará quién sigue realmente los principios de la democracia”. Esta consulta con la opinión popular será sanadora para la democracia búlgara y “le cederá la palabra a la gente”, así como “otorgará la oportunidad de que sean escuchados todos los argumentos ‘a favor’ y ‘en contra’”, señaló Rumen Radev. “Le ofrecerá la oportunidad a la clase política de recuperar el diálogo con sus electores, y de luchar por su confianza, la cual en los últimos años ha terminado perdiendo. El referéndum nacional hará que miles de búlgaros vuelvan a las urnas. La democracia búlgara necesita imperiosamente esta oleada de legitimidad".

El jefe de Estado subrayó que en otros países se han celebrado referendos similares y que éste no sentaría un precedente, sino que contribuiría a lograr un consenso nacional.

“Cualquier intento por parte de las fuerzas políticas de presentar el referéndum que propongo como un voto “a favor” o “en contra” del futuro europeo de Bulgaria sería una burda manipulación”, declaró Rumen Radev, recordando que Bulgaria es miembro de pleno derecho de la Unión Europea, y que, como tal, tiene el derecho de decidir cuándo introducir la moneda europea.