Aún estamos a mediados de mayo, pero ya se siente el verano en el aire. Durante los agradables y cálidos fines de semana, nos apetece escapar del bullicio de la ciudad, aunque sea solo por un rato. Por eso, queremos proponerle una idea para un paseo maravilloso y relajante por los alrededores de Sofía: una excursión al manantial "Agua Viva", envuelto en leyendas.
Nuestro punto de partida es el pueblo de Kladnitsa, situado en la ladera sur del monte Vitosha. Si van en coche, lo más recomendable es tomar la salida del pueblo que conduce directamente al bosque, para ahorrarse una larga caminata por el polvoriento asfalto.
Tardarán unas cuatro horas en total, caminando a ritmo moderado desde el pueblo hasta el manantial y viceversa. Para llegar sin problemas a su destino, sigan las marcas azules del sendero.
Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que esta señalización suele perderse entre el follaje y, sin darse cuenta, uno puede desviarse hacia otro camino.
Es posible que algún grupo de jóvenes motoristas -aficionados a la conducción extrema- pase a su lado, pero, por lo demás, la ruta es tranquila y agradable, y no suele haber mucha gente.
La naturaleza es muy variada: se alternan bosques de hayas y abedules, vegetación arbustiva baja, así como lilos y praderas con una vegetación hermosa.
Asimismo se encuentran otras flores fragantes, fresas silvestres y, en la zona del manantial, también ajo silvestre.
Junto al manantial Agua Viva hay una cueva, así como un refugio con una hoguera, que ofrece una excelente oportunidad para hacer un picnic mientras se escucha el murmullo del agua. Se dice que el manantial tiene poderes curativos. Pero, aunque no fuera así, siempre es agradable refrescarse después de una caminata por la montaña.
Una particularidad del manantial kárstico, que es el destino de nuestra excursión de hoy, es que el agua brota a intervalos: aparece y se seca, lo que ha dado origen a muchas leyendas a su alrededor. Se dice que el manantial es sensible a las almas pecadoras: si un pecador se coloca frente a él, el agua se seca; en cambio, para los justos fluye en abundancia.
Sin embargo, también hay una explicación más racional: el agua se acumula en una cavidad subterránea y, cuando se llena, brota a la superficie.
El agua sale de una escultura de piedra con forma de cabeza de dragón -el guardián del manantial- que muchos comparan con una cabeza de cocodrilo.
Dicen que fue realizada de forma voluntaria por el cantero Negri Ranguelov Budinov, de la aldea de Kladnitsa, en la década de 1950.
Autora: Miglena Ivanova
Fotos: Miglena Ivanova
Versión al español y publicación de Borislav Todorov
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