Recientemente en el Instituto de Etnología y Folclore con Museo Etnográfico (IEFME), adjunto a la Academia de Ciencias de Bulgaria, fue inaugurada una exposición de fotografías antiguas que es un testimonio de la vida y de la memoria genérica de los búlgaros de las zonas histórico-geográficas de Táurica y Besarabia, así como de Crimea. Su objetivo parece ser el de hacer reavivar el espíritu nacional búlgaro en su forma más pura: más allá de las fronteras, el idioma y la estatidad.
La exposición es parte del proyecto búlgaro-ucraniano “Construcción de la identidad en el contexto de la movilidad paneuropea: los búlgaros en Ucrania y los ucranianos en Bulgaria” y estudia el modo de vida de nuestros connacionales que se asentaron en aquellas zonas en los dos últimos siglos.
La muestra ha reunido dos proyectos fotográficos, explica el Dr. Petko Jrístov, del IEFME, jefe de la iniciativa de parte búlgara. Algunas de las fotos antiguas exhibidas fueron mostradas por primera vez en abril de 2010 en el Museo de la Literatura de Odesa bajo el título “Los búlgaros en Besarabia. Una crónica del siglo XX”. Ya en aquel momento quedaba claro que el objetivo final es presentar la exposición en Bulgaria.
“El propósito de este proyecto es examinar la identidad en la era moderna: qué procesos transcurren entre las comunidades búlgaras en Ucrania – dice el Prof. Jrístov –. Parte de estos procesos, y también del proyecto, es el tema de la memoria: ¿cómo estas comunidades han logrado conservar el recuerdo de sus orígenes y cómo mantienen su identidad búlgara? La actual muestra combina dos exposiciones. Una es del Club Juvenil Búlgaro “Aktiv” de la ciudad de Odesa y presenta la vida de los búlgaros en Besarabia, la otra es de nuestros colegas del Centro de Bulgarística, adscrito a la Universidad de Pedagogía de Melitópol, en Ucrania, que presenta la vida de los taurobúlgaros. Queremos mostrar que en Ucrania, además de comunidades de búlgaros besarabios, que son relativamente bien conocidos en nuestro país, hay otras diásporas interesantes pero menos estudiadas. Por esto exhibimos también fotos que muestran la vida de los búlgaros de Crimea, que fueron deportados por Stalin durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando en los 50 del siglo pasado se les invitó a regresar a su terruño, resultó que no fueron admitidos en la península, por eso se establecieron en varios pueblos en los alrededores de Militópol”.
La exposición en el Museo Etnográfico está compuesta por fotos antiguas auténticas de búlgaros de las diásporas históricas en Besarabia, Táurica y Crimea. Las imágenes revelan, en miniatura, la realidad del siglo XX.
“Cada instantánea es una historia breve de una persona o de un momento en concreto, de una fase del proceso histórico o de un evento determinado de la vida socio-cultural de estos connacionales nuestros como, por ejemplo, bodas, bautizos y ritos en el trabajo –señala el Prof. Jrístov –. Las fotos han grabado el espíritu de la época que, a través de ellas, se comunica con la contemporaneidad. Lo más importante es que estas imágenes muestran la conservación de la identidad búlgara. En ellas se ven claramente elementos de la vestimenta y del estilo de vida que los definen como búlgaros. Y ser búlgaro es prestigioso, porque a lo largo de dos siglos nuestros connacionales que viven en aquellas tierras, además de cobrar fama por su excepcional laboriosidad, energía y emprendimiento, lograron mantener el idioma y las características de su cultura búlgara”.
La exposición fotográfica ya se ha exhibido en las ciudades de Sliven y Varna. En Sofía permanecerá hasta el 4 de abril y luego recorrerá otras ciudades búlgaras.
“Es sumamente importante para la memoria cultural tanto de los búlgaros en Ucrania y para nuestra propia memoria genérica – destaca el Prof. Jrístov –. Es importante que nuestra sociedad vea cómo se puede conservar la idiosincrasia búlgara durante siglos; que vea cómo esta gente ha sido y sigue siendo orgullosa de ser búlgara, a pesar de vivir lejos de Bulgaria”.
Versión en español por Daniela Radíchkova