Escenógrafo, diseñador gráfico, ilustrador, cineasta, fotógrafo… Son profesiones aparentemente diferentes que se cruzan y definen la ocupación de Yulián Tabákov, un artista joven de visión inusual y proyectos memorables. “Soy un artista autónomo –dice de sí Yulián– . En la base de todo lo que hago hay una historia o una trama que quiero recrear en color y forma en un entorno concreto. En el teatro lo hago a través de la escenografía y el vestuario, y en los libros, a través de las ilustraciones”.
Nació un 2 de julio, hace 38 años. Su padre, Emil Tabákov, es reconocido director de orquesta y compositor que encabeza la Orquesta Sinfónica de Radio Nacional de Bulgaria desde 2008, su madre, Buryana Tabákova, es cantante lírica. Hizo su segunda enseñanza en la Escuela Media de Artes Aplicadas de Sofía, luego estudió Escenografía y Vestuario en la Academia Nacional de Artes Plásticas. Más tarde se fue a París, donde cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes.
En una entrevista a Radio Bulgaria el artista refiere sus recuerdos de la primera vez que trabajó en un equipo teatral: “Fue muy extraño. Viajé a Suecia por dos semanas y encontré trabajo casi de inmediato. Desde entonces han pasado 12 años y sigo en el mismo teatro, aunque tengo también otros compromisos. Cuando terminé mis estudios no tenía planes, quería viajar y trabar; en realidad, quería hacer de todo. No percibo mis proyectos como éxitos o fracasos sino como pasos que hago en mi camino”.
Yulián Tabákov es bien conocido como escenógrafo también en Bulgaria. Es portador del prestigioso premio nacional Siglo de Oro, que le fue otorgado por su contribución a la cultura búlgara. En su currículo tiene, además, un premio Askeer por el diseño del vestuario de la obra teatral El idiota 2012, adaptación de la novela de Dostoyevski, en el Teatro Nacional “Iván Vázov”. Ha sido escenógrafo de espectáculos en varios teatros búlgaros, así como en el Teatro “Vakhtangov” de Moscú y en Vilna.
En 2012 Yulián Tabákov por primera vez se ganó aplausos, atención y premios también como director de cine. De su documental “Tsvetanka”, dedicado a su abuela, dice que es un verdadero “producto cinematográfico de elaboración casera”.
“Con el camarógrafo, que es sueco, trabajamos sobre esta película durante cinco años – cuenta –. La cinta dio la vuelta al mundo, no llegó sólo a Australia, pero la vieron en todos los demás continentes. Ganó 11 premios y formó parte del cartel de más de 20 festivales. En la película, en la historia de mi abuela el espectador puede vislumbrar la historia de Bulgaria y llegar a temas universales”.
El último proyecto en que Yulián está involucrado se llama Cuarto de niños. Es un libro acompañado por un CD de audio y un juguete: muñeca o caballito de madera para las muchachitas o los muchachitos, respectivamente. “Para mí esta publicación fue una sorpresa muy agradable – dice –. Es obra de un equipo. En realidad, no creo en el arte colectivo pero este es un ejemplo que me refuta”.
A la pregunta de si sigue dedicándose a la pintura responde: “Sí, pero no de forma constante. Por primera vez he recibido una invitación a participar en una exposición conjunta que tendrá lugar en la galería de arte Espacio Contemporáneo, en Varna. Compré un poco de tela y empecé a trabajar en casa. Es impresionante. A decir verdad, es lo que quiero hacer. El proceso es tranquilo, no depende de las circunstancias. Es bien diferente del trabajo en el teatro, que es extremamente intenso. Recientemente empecé a trabajar en una película sobre el compositor Erik Satie. Además, en Estocolmo, en mi teatro, voy a participar en la puesta de escena de la pieza La hora del lince, de Per Olov Enquist. También tengo un compromiso en Rusia, para el espectáculo Antígona”.
¿Con qué sueña Yulián Tabákov?
“No sueño y no creo que esto sea una desventaja – responde – . Cuando uno tiene sueños puede sufrir decepciones si las cosas no suceden como se las imaginaba. En el caso contrario uno siempre queda contento”.
Versión en español por Daniela Radíchkovа
Fotos: Archivo personal
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