Todos los aniversarios son momentos de hacer balances. Es así también con el 95 aniversario del nacimiento del gran escritor búlgaro Nikolai Haitov, aunque si él estuviera entre  nosotros, probablemente no estaría de acuerdo con esto. “La celebración de aniversarios ya es inoportuna”, decía Haitov con motivo de su 80 cumpleaños. Una persona expresiva, controvertida e inolvidable, Haitov tenía una biografía como la de un escritor norteamericano: ingeniero de bosques, que había sido despedido por motivos disciplinarios, había trabajado como peón, portero y camarero, años más tarde recibió reconocimiento mundial y encabezó la Unión de Escritores Búlgaros. En su balance artístico entra la recopilación “Cuentos Salvajes”, publicada en 32 países del mundo y sus piezas teatrales, como “Senderos”, “Barca en el Bosque” y “Perros”, que no bajan de los escenarios teatrales. Las películas realizadas en base a sus guiones, como “El Cuerno de Cabra”, “Tiempos de Hombres”, “El Fin de la Canción”, “Árbol sin Raíces”, “Destino”, forman parte inseparable de las obras clásicas del cine búlgaro.

El 95 aniversario del nacimiento del escritor se conmemora este mes en Sofía con una serie de iniciativas, una de las que es la Semana de Nikolai Haitov en el éter de Radio Nacional de Bulgaria. El edificio de la Unión de los Arquitectos acogerá la exposición “Los personajes literarios de Nikolai Haitov en las caricaturas de Boris Dimovski”, y el 26 de septiembre en la sala Sredets del Ministerio de Cultura los espectadores podrán ver la exposición fotográfica “El Mundo de Haitov”. En ella están incluidas las obras del fotógrafo-pintor Ivo Hadzhimishev, realizadas en el pueblo de Ribnovo, y fotografías en blanco y negro del archivo personal del escritor. Escuchemos el comentario de Ivo Hadzhimishev sobre la exposición y sobre el propio Haitov:

He de decir que le estoy muy agradecido a Nikolai Haitov, porque me permitió entrar en su mundo. Cuando tenía unos 21 a 25 años tuve la oportunidad de viajar con él por el monte Ródope, que en aquel entonces era mucho menos accesible. Él hizo que la gente me recibiera de la misma manera como a él. Le querían en todos los pueblos, en todas partes donde nos parábamos se reunía gente para hablar con él, tocarle, gozar de su presencia. Así empezó mi colaboración con él. Empecé a trabajar sobre una exposición sobre Nikolai Haitov y sobre los Rodopes con motivo de la edición de “Cuentos Salvajes” en Inglaterra. Era una traducción excepcional de MichaelHalman, especialista en lengua búlgara. De hecho aquel fue nuestro primer viaje. Haitov invitó a Halman a acompañarnos. La idea de la exposición era mostrar en Inglaterra una pequeña parte de Bulgaria, mostrar los prototipos, los personajes literarios de “Cuentos Salvajes”, el ambiente. Era muy complicado. En nuestro Comité de Relaciones Culturales con el Extranjero estaban acostumbrados a enseñar los éxitos de un país socialista, mientras que nosotros enseñábamos unos rostros primarios, excepcionales, fuera del canon de aquel entonces. Recuerdo que la revisión de las fotografías antes de que pudieran viajar al extranjero duró tres horas. Me dejó sólo y dijo: “Vendré al final a ayudarte, pero tienes que aprender a defender tus cosas. ¿Si tú no puedes defender tus fotografías, acaso podría alguien?” Éstas eran las lecciones de Haitov. Durante aquellos viajes tuve la oportunidad de verle acurrucado en el umbral de algún henal escuchando con atención las historias que narraban las personas mayores. Esa era su manera de hacer las cosas, al igual que se recogen los granitos de oro. Haitov recorría el monte Ródope y así conocía las historias de la gente. Era muy buen oyente y hacía todo con un gran amor por las personas.

La exposición “El Mundo de Haitov” podrá ser vista del 27 de septiembre también en la Galería de Arte de Asenovgrad, ciudad en la que también se celebrará la Semana de Haitov. Del 22 al 29 de septiembre en el Casco Antiguo de Plovdiv será presentado el panorama fílmico “Nikolai Haitov en el cine búlgaro”.