Lamentablemente, muchos búlgaros relacionan el nombre del exarca José solamente con una de las calles céntricas de Sofía. Sin embargo, para quienes aman lo búlgaro, el segundo exarca búlgaro que encabezó la Iglesia Ortodoxa de 1877 a 1915 es más que un líder espiritual. Se encargó con la misión de unir a los búlgaros en la Bulgaria dividida después del Tratado de Berlín y defendió con gran vehemencia los intereses nacionales y eclesiásticos, así como los derechos de nuestros compatriotas que permanecieron bajo yugo otomano.
Un motivo de acordarnos de él son las celebraciones del 175 aniversario de su nacimiento y el centenario de su muerte. Comenzaron con el estreno del libro del doctor Hristo Temelski El diplomático en sotana que rastrea la historia del gran búlgaro a lo largo de 30 años.
El doctor Temelski primero buscó el diario que el exarca José, cuyo nombre secular es Lazar Yovchev, comenzó a escribir en 1868 siendo estudiante en París, hasta la primavera de 1915 cuando falleció. “El diario contiene datos muy interesantes y exactos sobre el exarcado búlgaro y sus relaciones con el Gobierno turco. Incluso después de la liberación, el exarca José no trasladó la sede del exarcado de Estambul que entonces era la capital de Turquía”. La causa es que después del Congreso de Berlín partes de Bulgaria y los respectivos exarcados permanecieron en el Imperio Otomano.
“El diario muestra la vida del exarca desde el punto de vista de su mundo interior, qué piensa, cómo actúa, cómo valora la situación, etc. Después de que el diario fuera publicado en un tomo de 918 páginas recopilé 108 recuerdos de contemporáneos suyos y los publiqué en un compendio. Estos recuerdos muestran al exarca desde diferentes ángulos, a través de la opinión de diplomáticos, políticos, clérigos. Decidí escribir el libro el Diplomático en sotana, sin muchos detalles, para que el lector de a pie pudiera conocer la vida de este gran búlgaro”.
Integran el libro muchas ilustraciones, breves citas de su diario, así como publicaciones de la prensa búlgara de 1915.
“¿Por qué el diplomático en sotana? Tal vez muchos se preguntan qué tipo de diplomático puede ser un clérigo. Después de la liberación de Bulgaria, el exarca se quedó en Estambul. Lo hizo por motivos políticos, ya que Bulgaria estaba dividida y, Macedonia y Tracia Oriental permanecieron en el Imperio Otomano. Solo de esta manera, el exarca podía ser líder espiritual de todos los búlgaros y desarrollar actividad política para ilustración y unificación de los búlgaros en la Península Balcánica. Incluso cuando en el Principado de Bulgaria fue elaborada la Constitución, fue aprobado el artículo 38, según el que la iglesia en el Principado reconociera el exarcado de Bulgaria no obstante donde estuviera su sede. De este modo el exarca siguió siendo líder eclesiástico de todos los búlgaros. Trabajó como diplomático en la capital turca después de 1878 y entonces recibió el apodo de “el diplomático del Bósforo”. El escritor Simeón Radev señala que incluso después de su muerte, cuando sus restos mortales fueron depositados en la iglesia de Santa Nedelia, de Sofía, su sombre todavía estaba presente en el Bósforo”.
El propio exarcado que tenía dos departamentos, espiritual y de ilustración, desempeñaba el papel de un ministerio de la ilustración popular. El exarca José inauguraba y cuidaba de las escuelas en todas las eparquías en que había metropolitanos búlgaros. Con su ayuda fueron enviados al extranjero jóvenes para continuar su formación. Cada año, el Gobierno búlgaro asignaba dinero con el cual el exarcado búlgaro trabajaba para la ilustración espiritual de los búlgaros en Macedonia y en Tracia Oriental. Poco antes de su muerte, como resultado de su actividad en el exarcado, existían 1373 escuelas, 13 colegios, 87 escuelas secundarias en que trabajaban 78 854 alumnos y 2266 profesores. Con los medios de su testtamento fueron creados tres fondos de donaciones y los medios recopilados se repartían para becas y formación en el extranjero, para conservar la fe y la conciencia búlgaras y para la compra de libros para alumnos necesitados.
Versión en español por Hristina Taseva
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