Se cumplen 150 años del natalicio del catedrático Vasil Zlatarski, una figura clave de la historiografía búlgara. Creció en una familia de personas ilustradas. Su padre, Nikola Popvasilev Zlatarski, era un respetado profesor y uno de los primeros próceres en la región de Veliko Tarnovo en los años del dominio otomano. Es famoso por su lucha por la imposición de una iglesia búlgara independiente. Tomó parte en el primer Concilio Eclesiástico-Popular de 1871 en Estambul, cuando fue creado el estatuto del nuevo exarcado búlgaro, señala la profesora Lizbet Liubenova, del Instituto de Estadios Históricos, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. En los años posteriores a la Liberación de Bulgaria, aparte de Vasil Zlatarski, en la Universidad de Sofía obtuvo el título de catedrático también su hermano Georgi que se dedicó a la geología. En la familia hubo otros dos hermanos, un oficial del ejército ruso y un renombrado financista.
Como señala la profesora Liubenova, Vasil Zlatarski tuvo el deseo de escribir un trabajo monumental titulado, La Historia del Estado Búlgaro en la Época Medieval. Hasta hoy en día esta obra es copiada por algunos universitarios, ya que es una fuente de información única en su género. El estudioso no siempre tuvo razón y no todas sus tesis fueron acertadas.
Él siempre tuvo la ambición de presentar una historia sistemática de la Bulgaria Medieval. La vida no le alcanzó y esta es una historia no terminada. Las personas interesadas en la materia pueden visitar el Museo de la Universidad de Sofía. Allí podrán ver su famoso bolígrafo con que escribió las miles de páginas de sus trabajos. Zlatarski gozó de la comodidad de ser el primero. El fundador de la dirección crítica en nuestra historiografía, Spiridón Palauzov, trabajó y murió en Rusia. Marin Drinov, otro destacado historiador búlgaro, visitó Bulgaria en varias ocasiones pero murió en Harkov y nunca llegó a ocupar el puesto de profesor universitario, a pesar de que era un gran científico. Cuando Zlatarski se graduó en la especialidad de historia en San Petersburgo y especializó arqueología en Berlín y Múnich, regresó como profesor a la Escuela Superior en Sofía que se convirtió en la primera universidad estatal, la Universidad de Sofía. Zlatarski no tenía competencia y podía elegir los campos en que deseaba desarrollarse.
Vasil Zlatarski no logró terminar su obra dedicada al Segundo Estado Búlgaro creado después de la derrota del dominio bizantino que duró de 1018 a 1185. “Zlatarski formalmente dividió el Estado Búlgaro en Primero y Segundo, términos que utilizamos hasta hoy en día a pesar de que entramos en una contradicción ya que a fin de cuentas no tenemos muchos estados, sino una continuidad entre el Primer Reino Búlgaro y el Segundo”, subraya Lizbet Liubenova.
Zlatarski es famoso no solo por haber echado los cimientos de los estudios medievales en Bulgaria. Después de Marin Drinov era el estudioso que siguió trabajando con mayor esmero sobre este periodo. Tuvo que ocuparse de mucho trabajo administrativo. Basta con ver su labor en la creación de la cátedra, la atracción de estudiosos jóvenes de alto nivel. En aquellos años escogían los científicos con gran cuidado y su formación era excelente. Algunos de sus alumnos eran Nikola Milev, Petar Nikov, Petar Mutafchiev, todos ellos grandes personalidades de la ciencia. Por esto solemos decir que este es el siglo de oro búlgaro en los estudios en el campo de la historia. Cabe decir que en dos ocasiones era decano de la universidad y dos veces ocupó el cargo de rector. En varias ocasiones era presidente de la Asociación de Letras Búlgaras, que hoy en día es Academia de Ciencias de Bulgaria, y encabezó la Cátedra de Historia y Filología de la universidad. Era su presidente y vicepresidente. Lo que me ha llamado la atención más son los momentos en que se vio obligado a interrumpir su trabajo científico para ocupar el cargo de rector. Cabe decir que en aquellos años los rectores no eran vitalicios. Entonces el rector encabezaba la universidad en el marco de un año. Esto se hacía intencionadamente para evitar la creación de lobbies y las malversaciones. Durante un año el científico ocupaba el cargo de rector y al siguiente era vicerrector, en los tres años siguientes no tenía el derecho a postular a este cargo. Este principio era sumamente democrático, algo que lamentablemente nosotros, los demócratas actuales no deseamos implementar en nuestra vida científica”.
En realidad Zlatarski sufría cuando lo elegían rector. En algunas de sus cartas dice: Dios mío, por qué volvieron a elegirme. Este trabajo administrativo obstaculizará todos mis planes científicos. Este es un verdadero estudioso. No se deja tentar por poder, dinero o fama, a pesar de que era prestigioso ser rector de la Universidad de Sofía. Para él lo primordial era la ciencia.
Versión en español por Hristina Taseva
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